La muestra más preocupante de la persecución emprendida desde el poder presidencial mexicano contra un periodista se produjo el miércoles 9 de febrero de 2022.
Esa fecha quedará en la historia, igual que el mítico “no les pago para que me peguen”, de otro presidente intolerante contra los medios: López Portillo.
Y es que ese miércoles 9 de febrero del 2022, el presidente López Obrador rompió las reglas democráticas elementales y ratificó lo que siempre hemos dicho en este espacio: que apuesta por la cancelación de libertades fundamentales, como la libertad de expresión y de prensa.
Y es que a través de una reacción vengativa y amenazante —con todo el peso del Estado y del poder presidencial—, López exigió que el periodista Carlos Loret revelara el origen de sus ingresos y el monto de ellos.
¿Y para qué esa exigencia?
Primero, porque la perversidad presidencial pretende sembrar la duda, en la conciencia colectiva, de la honestidad del periodista.
Y, segundo, porque ordenó investigar hasta debajo de las piedras, los nombres del o los empresarios que —según lo sabuesos de Palacio—, financian a Latinus y a Mexicanos contra la Corrupción.
Y la persecución lanzada tras de Loret y Mexicanos Contra la Corrupción llegó incluso al gobierno de Biden.
Sí, el gobierno mexicano le habría exigido al de Estados Unidos indagar a la empresa Latinus, sus nexos con grandes empresas mexicanas y con Mexicanos Contra la Corrupción.
¿Se prestará el gobierno de Biden al trabajo sucio del gobierno mexicano contra el periodista más crítico del presidente Obrador?
Pero el juego de la perversión presidencial fue más allá cuando a través de una mentira —que es uno de sus recursos preferidos—, intentó confundir a su audiencia con el cuento de que el trabajo de los periodistas es una actividad pública y, por tanto, sujeta a la transparencia.
En el fondo asistimos a la venganza presidencial contra el trabajo periodístico de Carlos Loret y no pasará mucho tiempo para ver de lo que en Palacio son capaces para saciar su sed de venganza.
Lo cierto, sin embargo, es que no es ninguna novedad la venganza de López contra sus críticos.
En el Itinerario Político del 25 de agosto de 2019, titulado “¡Loret: censura, amenazas y complicidad de Estado!”, adelanté la persecución que hoy, 29 meses después, lanza el presidente contra el otrora conductor estelar de Televisa.
Así lo dije: “No es ninguna novedad la salida de Carlos Loret de Televisa y tampoco la persecución sistémica del gobierno de López Obrador contra sus críticos.
“¿Por qué?
“Porque desde mayo de 2018 aquí advertimos lo que vendría en un eventual gobierno de López Obrador: la persecución de los críticos del gobierno de Morena.
“En el fondo, los que lincharon a Ricardo Alemán les avisan a todos los mexicanos lo que será el trato con los críticos en un gobierno de Morena; el que se atreva a disentir será linchado.
“Hoy, la voz crítica que silenció el Estado mexicano se llama Carlos Loret, quien decidió dejar su casa por 18 años a causa de las presiones de Palacio”. (Fin de la cita)
Por todo el país se vive la peor ola criminal contra periodistas, mientras que el presidente asume el papel del enemigo número uno de los periodistas y de libertades como las de expresión y de prensa.