Valladolid, 20 de noviembre (Infoqroo).- Cuatro meses después del colapso de la bóveda del cenote de Xocén, un evento que conmocionó a la comunidad y atrajo la atención de turistas y expertos, el lugar sigue fascinando por su singularidad geológica y su conexión con la cosmovisión maya.
Vecinos de la zona donde se hundió una enorme ceiba para dejar al descubierto un hermoso cenote esperan poder convertir el lugar en un espacio de sana diversión, que les permita tener una fuente de ingresos que de beneficios a la comunidad y sirva también para darle mantenimiento.
Hay que recordar que la noche del 4 de agosto, un estruendo interrumpió la calma del poblado. Lo que inicialmente se creyó que eran verdaderos resultó ser el colapso de la bóveda de un cenote. En el proceso, una ceiba de más de 30 metros desapareció en el abismo recién formado, un evento que vecinos y sacerdotes mayas interpretaron como un fenómeno significativo en el “centro del mundo”, como Xocén es conocido por la tradición indígena.
A través de sus redes sociales, el espeleobuzo Erick Sosa Rodríguez, uno de los expertos que realizó inmersiones junto con especialistas de la Secretaría de Desarrollo Sustentable del Gobierno de Yucatán, compartió parte de los resultados de la exploración exhaustiva del cenote. El análisis reveló datos sorprendentes sobre su estructura.
El cenote, de tipo semiabierto, presenta dos accesorios: uno de 15 metros hacia el cuerpo de agua y otro de 6 metros hacia una zona seca. Su bóveda, de 57 metros de diámetro, exhibe espeleotemas como estalactitas de hasta 3 metros de largo. El espejo de agua mide 38 metros de diámetro y alcanza profundidades de hasta 36 metros. El colapso, aunque común en terrenos kársticos, generó turbidez en el agua y dejó al descubierto bloques de gran tamaño y fragmentos de la ceiba sumergida.
“La morfología del cenote es un testimonio de los procesos de formación kárstica, donde los estratos colapsan progresivamente hasta alcanzar la superficie”, explicó Sosa Rodríguez en redes sociales.
El colapso también destacó la fragilidad del suelo de la región y la importancia de respetar estos ecosistemas en el desarrollo urbano. “Es vital comprender estos fenómenos y reforzar la conservación de los sistemas kársticos, que son fundamentales para las comunidades que los rodean”, añadió el especialista.
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