Palco Quintanarroense
Finanzas rescatadas
Julio César Silva Cetina
“A mí me tocó administrar al último ayuntamiento pobre”, dijo en alguna ocasión José Irabién Medina, quien en el período 1981-84 fue el tercer presidente municipal de Benito Juárez.
Radicado actualmente en Puebla, el político de origen chetumaleño se refería a que, precisamente, en 1984 el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado promovió reformas para fortalecer institucionalmente a los municipios, dándoles herramientas como el cobro del impuesto predial para que no dependieran solamente de los recursos federales.
La mencionada acción significó un mundo de posibilidades para un municipio con gran potencial por las inversiones que ya recibía para el desarrollo de proyectos turísticos y en los siguientes años sus ingresos propios llegarían a superar el 60% de su presupuesto total.
Y justamente esa riqueza y potencial de recaudación, que en algún momento dio a los presidentes municipales cierta independencia de gestión ante otros niveles de gobierno, despertó la avaricia de algunos que empezaron a ver las arcas municipales como botín, por lo que a partir de 2002, con la llegada de Juan Ignacio García Zalvidea a la presidencia municipal y con él un grupo de vivales que se hicieron ricos en unos cuantos meses, aquella riqueza empezó a servir a otros fines distintos a los intereses de la población.
La impunidad que imperó desde entonces abrió las puertas a mayor desorden. Como no había castigo a quienes se beneficiaban particularmente del erario cancunense, todo mundo metía mano y, por tanto, aquel municipio rico que nació con las reformas de Miguel de la Madrid vio cómo le generaban un gran boquete financiero que lo colocó en la insolvencia, que le valió malas notas por parte de las consultoras internacionales que califican riesgos crediticios.
En el trienio anterior el saqueo al erario cancunense tuvo tintes sofisticados, pues se descubrió que se alteró el sistema de cómputo que genera los recibos que se entregan a los contribuyentes al momento de pagar sus derechos o impuestos, de tal forma que de manera aleatoria se entregaban comprobantes que en realidad no quedaban firmes como oficialmente generados y, por tanto, el importe que soportaban iba a un lugar distinto de las cuentas bancarias de Ayuntamiento.
Todo ello derivó en el deterioro del prestigio financiero de la comuna. Sin embargo, todo parece indicar que en los últimos meses las cosas van cambiando, pues la semana pasada la calificadora internacional Fitch Ratings colocó en grado positivo las finanzas municipales, como consecuencia de las acciones para reordenarlas que implementó la administración de Paul Carrillo de Cáceres desde octubre de 2013.
Las acciones de los últimos 14 meses han permitido recuperar la confianza de los contribuyentes y, con ello aumentar la recaudación y cerrar las puertas a cualquier otro financiamiento bancario, aún cuando la mejora en la calificación crediticia permita solicitar nuevos créditos.
Los problemas financieros del ayuntamiento, su endeudamiento, su insolvencia, no se generaron para construir infraestructura, mejorar los servicios o contratar más policías, pero sí fueron el pretexto para todo ello.
La población sufrió con baches, inseguridad y malos servicios, mientras los responsables disfrutan en lujosas residencias, yates y departamentos en el extranjero sin más castigo que, en el caso de unos cuantos, una inhabilitación para ocupar cargos públicos en los próximos años. Es lo que menos les importa.
Al menos las finanzas han sido rescatadas y puestas al servicio de la población.
Luneta
Las acciones coordinadas de los gobiernos de Roberto Borge y Paul Carrillo para promocionar el destino turístico y mantener servicios públicos de calidad tienen a Cancún con niveles históricos de ocupación hotelera y derrama económica desde 2013.
Sin embargo, a pesar de la bonanza económica que viven, los hoteleros son renuentes a pagar el impuesto predial. No son solidarios con el lugar que les ha permitido consolidar sus negocios y con el sitio que han usado como plataforma para financiar inversiones en otras partes del mundo.
El resto de la población aprovecha el descuento del 15% que se aplica durante diciembre, el gobierno municipal ya tiene la casa en orden, pero los hoteleros buscan quién sabe qué cosa y se resisten a contribuir a mejorar la situación.
Ellos sabrán su juego.
Platea
El secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, estuvo de manteles largos el fin de semana, pues festejó su cumpleaño en su rancho cercano a Playa del Carmen con un selecto grupo de amigos, todos ellos vinculados a la política.
Correo: [email protected]
Twitter: @JulioCsarSilva