Autoridades y jugadores del sector han afirmado que actualmente la banca en México está bien capitalizada y con suficiente liquidez. Sin embargo, para Fitch Ratings, dentro de América Latina sería una de las más expuestas si es que Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, cumple algunas de sus promesas en materia económica.
Los efectos, explica la agencia calificadora, llegarían tanto a la banca comercial —por la alta cartera a grandes corporativos con importantes exportaciones y exposiciones a deuda en dólares— como a la de consumo, por un potencial mayor de desempleo dadas las condiciones económicas que se enfrentarían, y a la del sector público, debido a una mayor restricción fiscal.
En un documento, Fitch reconoce que los bancos mexicanos enfrentan este periodo de incertidumbre desde una perspectiva de fortaleza relativa, toda vez que los perfiles de crédito han seguido beneficiándose de una capitalización sólida, perfiles adecuados de fondeo y liquidez, una mejora reciente en la calidad de activos, así como ganancias estables y resistentes en los últimos años.
“El sector tiene un capital base promedio a activos ponderados por riesgos de alrededor de 15% positivo respecto al de otros sistemas bancarios de la región”, refiere.
En este sentido, considera que en el corto y mediano plazos, los efectos en los bancos mexicanos probablemente estarían parcialmente contenidos por los fundamentos financieros sólidos de los mismos. Sin embargo, destaca, a más largo plazo podría haber un potencial negativo en la calidad de los activos, el crecimiento de los préstamos y la rentabilidad, si hay un giro hacia un proteccionismo estadounidense.
“Los riesgos potenciales para las perspectivas económicas de México tendrían efectos directos en el sector bancario. Una incertidumbre prolongada y elevada podría influir en el crecimiento del consumo y de las inversiones, lo que podría actuar como un obstáculo para los préstamos y la rentabilidad en general. Además, la caída reciente en los precios de la deuda soberana mexicana podría traducirse en cargos por valuaciones en los portafolios de inversión de los bancos, representando desafíos para las ganancias provenientes de ingresos por intermediación de valores”, puntualiza.
Cartera importante en empresas de comercio exterior
Para la calificadora, una fuente clave de vulnerabilidad podrían ser las importantes carteras de préstamos de los bancos mexicanos a aquellos grandes conglomerados que dependen en gran medida del comercio exterior.
“Los préstamos corporativos y comerciales representan más de 40% de las carteras crediticias de los principales bancos. Varios sectores corporativos mexicanos clave, especialmente aquellos con grandes exportaciones y exposiciones a deuda denominada en dólares, podrían estar en riesgo en caso de un fuerte giro proteccionista en los Estados Unidos. Fitch opina que la calidad de activos podría deteriorarse ligeramente en el mediano plazo, debido al crecimiento mayor de los préstamos en años recientes, y dicha tendencia podría exacerbarse si los riesgos para el crédito corporativo aumentaran”.
Un mayor desempleo afectaría portafolio de consumo
En el caso de la cartera minorista (de consumo) y del sector público, la agencia calificadora considera que los riesgos también podrían incrementar bajo un escenario económico adverso. En su opinión, el desempleo aumentaría en un entorno de negocios menos benigno, que afectaría la calidad de crédito al consumo.
Respecto a la exposición de los bancos a los prestatarios del sector público, incluidas las empresas estatales de energía y los gobiernos subnacionales, menciona que podría enfrentar nuevas pruebas en el contexto actual de flexibilidad fiscal restringida.
Hasta ahora, bien capitalizada
Pese a ello, Fitch indica que la banca mexicana está hoy bien capitalizada y con liquidez, además de que, expone, los riesgos también podrían ser mitigados por las decisiones activas de las administraciones de los bancos en los dos años recientes.
“Los bancos ya han cambiado su mezcla de cartera minorista a segmentos menos riesgosos y han demostrado ser capaces de manejar las concentraciones de la cartera en las últimas recesiones. La ampliación de los márgenes de interés netos, derivada de otros aumentos probables de la tasa de interés objetivo local, también ayudaría a amortiguar los efectos en la rentabilidad”.
Para la agencia, otros sectores bancarios latinoamericanos también podrían enfrentar riesgos con el cambio en la política estadounidense aunque, aclara, en menor grado.
Menores remesas debilitarían consumo
La agencia calificadora Standard & Poor’s (S&P), por su parte, coincide en que la banca mexicana está bien capitalizada y con buenos niveles de liquidez. No obstante, refiere que las implicaciones podrían aumentar en el mediano plazo si las políticas comerciales y económicas del nuevo presidente debilitan a la economía mexicana.
“Eso podría ocurrir a través de políticas comerciales y migratorias que hipotéticamente limiten el flujo de remesas, lo que potencialmente debilitaría el consumo interno y la calidad de activos, ya que parte de estas remesas se utilizan con frecuencia para el repago de créditos al consumo e hipotecas. No obstante, aún no está claro y es incierto”, detalló.
Por el lado del tipo de cambio, S&P no ve mayores riesgos para la banca mexicana, dado que la exposición de créditos en dólares es baja (entre 16 y 17%), además de que la mayor parte se otorga a empresas que generan ingreso en moneda extranjera.
En tanto, autoridades y los mismosbancos han afirmado que la banca está bien capitalizada y con liquidez. Pese a ello, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores les aplicó recientemente unas pruebas de estrés para medir el impacto del efecto Trump.