Los aviones aterrizan en estados fronterizos donde han mantenido hegemonía, pese a las pugnas por el control de la zona con otros cárteles de la droga: Baja California y Sonora.
En términos numéricos, el Cártel de Sinaloa puede considerarse como la aerolínea más grande de México, ya que en la última década su flotilla ha superado en cantidad de unidades a la empresa con más aviones en el país: Aeroméxico, que posee 127. De 2006 a 2015, de acuerdo con información obtenida por El Universal vía transparencia, autoridades militares le han incautado 599 aviones a la organización criminal, que movieron cocaína y mariguana por toda Latinoamérica.
Si fuera una empresa legal, el cártel también competiría como la compañía aeroportuaria más lucrativa del país, operando cuatro mil 771 pistas de aterrizaje clandestinas de entre 500 metros y un kilómetro de longitud, enclavadas en el corazón de las sierras en estados norteños.
En los últimos años, el éxito del cártel de la droga más poderoso del mundo ha radicado en la operación de aviones ultraligeros que pueden transportar más de 500 kilos de droga y que han sido piloteados —según informes de las fiscalías federales en Estados Unidos— por elementos de alto rango de la Fuerza Aérea Mexicana.
Información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) entregada a El Universal a través de la Ley de Transparencia, revela que en los últimos 10 años, el Cártel de Sinaloa ha trazado una serie de rutas aéreas para el trasiego de droga: parten de municipios enclavados en las sierras de Sinaloa, Chihuahua y Durango, conocido como el Triángulo Dorado.
Los aviones aterrizan en estados fronterizos donde han mantenido hegemonía, pese a las pugnas por el control de la zona con otros cárteles de la droga: Baja California y Sonora.
De acuerdo con estos datos, en la administración del expresidente Felipe Calderón, militares aseguraron 544 aeronaves. En los últimos tres años se han decomisado 55 aviones.