El titular de Pro México, Francisco González Díaz inauguró la segunda edición del Foro Cancún 2016, que reúne a 300 empresas exportadoras mexicanas y 50 grandes empresas compradoras de Centroamérica y el Caribe.
Este evento se realizó el año pasado por primera vez en Cancún, permitiendo pactar negocios regionales por un monto de hasta 15 millones de dólares, cifra que se espera superar en la edición de este año.
El funcionario dijo en entrevista que ante el panorama adverso que se presenta con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, México debe diversificar sus mercados, y una opción es la región del Caribe.
Además indicó que desde Pro México, se están promoviendo certificaciones de hoteles para la recepción de turismo árabe y chino, sobre todo para los destinos de Cancún y Riviera Maya, que en su opinión son los más aptos para captar estos nuevos mercados a los que se buscará acceder en el corto plazo.
“Buscamos la ampliación en la certificación de hoteles que requieren el distintivo H y el distintivo Halal, que es el certificado para el turismo musulmán”, quienes arriban al país en un promedio de 20,000, el cual se busca elevar hasta los 200,000 durante este sexenio, afirmó.
González Díaz explicó que el distintivo Halal es un reconocimiento emitido por la Secretaría de Turismo (Sectur) para aquellos prestadores de servicios que implementan y mantienen medidas de atención de calidad al mercado musulmán.
Precisó que está conformado por 35 indicadores que evalúan cuatro rubros: contacto y servicios, instalaciones, protocolo de atención y hospitalidad, y comercialización. Además, especificó que también está dirigido a agencias de viajes, guías de turistas, hoteles y restaurantes.
Balazo en el pie, revertir TLCAN
El director de Pro México consideró que una acción de Estados Unidos para revertir el Tratado de Libre Comercio (TLC) sería prácticamente un balazo en el pie que se darían los propios norteamericanos, pues las economías mexicana y estadounidense están estrechamente vinculadas, al grado tal que un auto fabricado en México tiene hasta 40% de partes importadas de Estados Unidos, lo cual haría que el eventual establecimiento de aranceles en el intercambio comercial afecte los lados de la frontera, y eso no parece algo a lo que estén dispuestas muchas empresas estadounidenses.
Fuente: El Economista