Fracasos presidenciales

Palco Quintanarroense

Fracasos presidenciales


 

Julio César Silva Cetina

Felipe Calderón Hinojosa llegó a la presidencia de la República con la promesa de ser el presidente del empleo, pero la crisis mundial que estalló a fines de 2008 y la declaración de guerra al narcotráfico echó por la borda su pretensión.

De hecho, su sexenio fue el más pobre en materia económica desde 1988, pues el Producto Interno Bruto (PIB) apenas creció 1.66%.

Si Vicente Fox Quesada pretendió ser el presidente del cambio y no lo fue, Calderón el del empleo y no pudo, Enrique Peña Nieto quería que su gobierno se destacara por las reformas estructurales y grandes obras de infraestructura y… no le va bien.

Como con Calderón, la violencia acentuada en Michoacán y Guerrero y otra crisis económica, ahora ocasionada por el desplome en los precios del petróleo, lo pusieron contra la pared. Con las reformas sin poder aterrizarse y menores ingresos se vio en la necesidad de meterle tijera al gasto público, hecho inédito en un año electoral en el que tradicionalmente los gobiernos suelen ejercer un gasto mayor.

En medio de todos esos fracasos presidenciales, en varias ocasiones Quintana Roo se ha quedado con un palmo de narices esperando las grandes obras de infraestructura y, por lo que anunció el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el viernes pasado, todo parece indicar que seguirá esperando.

La cancelación definitiva del tren Transpeninsular no es la primera vivencia en su tipo del estado y seguramente tampoco será la última, pues los especialistas prevén que el gobierno federal tendrá que hacer un ajuste a la baja de por lo menos $100,000 millones en su presupuesto para enfrentar la reducción de ingresos como consecuencia del abaratamiento del petróleo.

En 1997, Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció la cancelación del tendido de un poliducto entre Progreso, Yucatán y Leona Vicario, con el que se buscaba abaratar costos y eliminar riesgos en la transportación de combustible a Quintana Roo.

Hace tres años, en los últimos meses del gobierno de Calderón Hinojosa, se anunció la cancelación definitiva del proyecto para construir un aeropuerto internacional en Tulum, que diera servicio a la Riviera Maya y ahora corre la misma suerte el tren Transpeninsular, que era una de las promesas de campaña firmadas por Peña Nieto ante notario público.

Y por como los analistas ven las cosas, podrían por lo menos posponerse otras importantes.

El gobierno federal anunció en abril del año pasado un plan nacional de infraestructura con el que se pretendían invertir $7.7 billones de pesos entre 2014 y 2018. En la lista de 743 proyectos aparecían para Quintana Roo, además del tren Transpeninsular, dos puentes sobre la laguna Nichupté, pasos a desnivel en la avenida López Portillo de Cancún, ampliaciones en el aeropuerto de Chetumal y la modernización de la carretera entre la capital del estado y Yucatán.

Hasta ahora no se ha dicho si esos proyectos continuarán.

En la historia de cancelaciones y posposiciones de proyectos de Quintana Roo ha habido justificaciones económicas, aunque en su naufragio también han tenido que ver intereses empresariales y políticas.

Por ejemplo, en 1997, Mario Villanueva impidió que particulares construyeran un muelle para cruceros en el norte de Cozumel, con el argumento de que ese proyecto no estaba dentro del plan de desarrollo que tenía para la lista.

Los hoteleros presionaron y lograron que el gobierno no autorizara la construcción de un “homeport” en Xcaret en 2003.

En la cancelación misma del aeropuerto de Tulum se protegieron los intereses de Asur, el operador de nueve aeropuertos en el Sureste del país, entre ellos el de Cancún, el segundo más importante del país.

También ha habido argumentos contradictorios. Por ejemplo, hace casi dos años se evitó la instalación en Cozumel de un parque eólico para la generación de energía eléctrica, por presunta contaminación. ¿Cómo un sistema de generación que se considera “limpio” puede ser nocivo para el medio ambiente?

Asimismo, allí está también el caso reciente del Dragon Mart, clausurado totalmente y condenado a un largo litigio que seguramente lo llevará a la inanición.

De hecho, la clausura total de ese proyecto y la posterior cancelación definitiva del tren Transpeninsular reabrió la especulación que siempre hubo en el sentido de que ambos planes de inversión iban de la mano. ¿Será su actual situación la confirmación de ello? ¿Qué harán los intereses que se movían en torno a ellos?

Platea

Y en medio de todo ello, a pesar de todo y contra todo el turismo sigue siendo un anclaje importante de la economía mexicana, como acaba de quedar nuevamente en evidencia en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de España que se llevó a cabo la semana pasada en Madrid.

Pocos son los gobernantes que le dan importancia al sector. De hecho, en la edición de este año solo acudieron cuatro gobernadores, entre los que destacó el quintanarroense Roberto Borge Angulo, quien fue distinguido por su activismo en materia turística por el grupo Blue Bay Hotels & Resorts, uno de los consorcios hoteleros de mayor crecimiento en el Caribe Mexicano.

Luneta

A Mario Castro Basto le duró poco la incertidumbre. Luego de que su sorpresiva separación de la presidencia del PRI en Benito Juárez, el viernes pasado tomó posesión como nuevo titular de la unidad operativa de Diconsa en el Estado.

Correo: jsilva@palcoquintanarroense.com

Twitter: @JulioCsarSilva

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