El pasado 2 de marzo, el Consejo Político Nacional del Partido Verde de Jorge Emilio González Martínez nombró a Renán Sánchez Tajonar como nuevo dirigente de ese organismo en Quintana Roo.
Esta designación tomó por sorpresa a muchos, ya que se esperaba que Francisco Elizondo Garrido asumiera el liderazgo, sustituyendo a Pablo Bustamante, quien en ese momento ya ocupaba el cargo de secretario del Bienestar en el gobierno de Mara Lezama Espinosa.
De hecho, dentro del PVEM se anticipaba la designación de Elizondo en lugar de Sánchez Tajonar, dado su éxito en la coordinación de la campaña de Ricardo Gallardo Cardona, que resultó en la victoria en la gubernatura de San Luis Potosí en 2021. Además, Elizondo fue el arquitecto de la estrategia que permitió al partido dar un salto cuántico en Quintana Roo, aumentando su participación electoral del 4% en 2021 al 22% el año pasado, convirtiéndose así en la segunda fuerza política, a tan solo ocho puntos porcentuales de Morena.
A pesar de las especulaciones sobre cómo el PVEM obtuvo este aumento en la votación, que representó el 38% de los votos que llevaron a Mara Lezama a la gubernatura, Elizondo Garrido transformó al PVEM en una maquinaria electoral, primero en San Luis y luego en Quintana Roo. Sin embargo, algo sucedió internamente, y Elizondo fue marginado e incluso relegado como delegado del PVEM en un estado del norte de México.
Cuando Renán Sánchez fue nombrado como líder del PVEM y se produjo el aparente destierro de Elizondo, sus seguidores expresaron su confianza en que más temprano que tarde recuperaría el control del partido en el estado. Argumentaron que el nuevo dirigente carecería del verdadero liderazgo y que podría provocar un retroceso en el terreno electoral.
Lo que Sánchez Tajonar no sabía es que el 6 de marzo, cuando asumió la presidencia del PVEM en un masivo evento en Cozumel, estaba en la cima de su carrera y que muy pronto empezaría su declive. En ese momento, era el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso, con un presupuesto de más de 400 millones de pesos a su disposición. Se sentía lo suficientemente fuerte como para aspirar a la alcaldía de Cozumel, a pesar de ser un desconocido para los habitantes de la isla de todos los colores políticos.
Hoy en día, Sánchez Tajonar es un político reducido, posiblemente a su dimensión real. Ha perdido el poder económico que le proporcionaba su posición y no tiene liderazgo ni en su bancada legislativa ni en el partido. Además, su aspiración a la alcaldía de Cozumel parece haberse esfumado.
Para complicarle aún más las cosas a Sánchez Tajonar, el “kaiser” electoral Elizondo Garrido está de regreso. Aquellos que tomaron la decisión de marginarlo, a pesar de sus estrategias exitosas, han despertado del encanto de Sánchez Tajonar y han decidido restaurar la confianza en Elizondo, quien volverá a encargarse de la estrategia en el próximo proceso electoral.
En este proceso se disputarán 11 alcaldías municipales, 15 diputaciones de mayoría y 10 plurinominales a nivel local.
Platea
El ex alcalde de Solidaridad Miguel Ramón Azueta, quien acaba de cumplir años, el que come, sueña y transpira política, fue uno de los que aseguró que Elizondo Garrido estaría de vuelta muy pronto.
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