Ciudad de México. El 16 de octubre, Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, se convirtió en el funcionario de más alto nivel en ser procesado, juzgado y sentenciado en Estados Unidos por delitos relacionados con el narcotráfico. García Luna fue condenado a más de 38 años de prisión tras ser hallado culpable de cinco cargos criminales, incluyendo conspiración para transportar y distribuir cocaína, pertenecer a un grupo delincuencial y brindar falsas declaraciones.
Durante el juicio, la Fiscalía estadounidense expuso la red de corrupción que el exfuncionario tejió con el Cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán e Ismael ‘El Mayo’ Zambada. Otros exjefes policiacos, como Luis Cárdenas Palomino, Ramón Pequeño García e Iván Reyes Arzate, también han sido vinculados a esta red de corrupción.
Luis Cárdenas Palomino, quien fue mano derecha de García Luna, enfrenta cargos por aceptar sobornos del Cártel de Sinaloa. Actualmente se encuentra recluido en el Penal del Altiplano, mientras que Ramón Pequeño García, exjefe de la División Antidrogas de la Policía Federal, permanece prófugo tras ser señalado por la DEA y tener sus cuentas bancarias congeladas por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
Iván Reyes Arzate, alias ‘La Reina’, fue sentenciado en 2022 a diez años de prisión por vender información confidencial a grupos criminales, lo que resultó en el asesinato de una fuente de la DEA.
El juicio de García Luna expuso el profundo nivel de corrupción dentro de las fuerzas de seguridad mexicanas y sus estrechos lazos con el narcotráfico, marcando un hito en la lucha contra la impunidad en México.