El presidente Joe Biden terminará a finales de mayo con el Título 42, una normativa adoptada durante la pandemia por su antecesor, Donald Trump, que facilitaba la expulsión inmediata de migrantes en la frontera. El mecanismo se convirtió en una herramienta de la Administración para desahogar rápidamente la frontera sur, una zona que registró un histórico incremento de cruces ilegales, muchos de ellos de gente que solicitaba asilo. Biden cede a las presiones de grupos de derechos humanos y a un cada vez más creciente reclamo entre sus compañeros de partido, que le pedían levantar una iniciativa considerada herencia de un Gobierno xenófobo y antiinmigrante.
La noticia ha sido adelantada por The Wall Street Journal, que ha revisado el borrador que pone fin a la medida instaurada en marzo de 2020 y que ha ayudado a expulsar a 1.7 millones de personas velozmente. Este miércoles, Biden se limitó a decir a la prensa que “pronto” habría una decisión sobre el tema. Esto, sin embargo, es un rumor desde hace semanas en Washington. A mediados de este mes, un grupo de senadores demócratas le había pedido recapacitar sobre el papel de una normativa sanitaria sugerida por el Centro para la prevención y control de enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para impedir la propagación del coronavirus. “Estamos decepcionados de la decisión de la Administración de mantener el Título 42… Está mal que sigan regresando a familias a sus países para que sean perseguidos y torturados”, se quejaron senadores de alto perfil como Cory Booker, Bob Menendez, Alex Padilla y el líder de la fracción en la cámara alta, Chuck Schumer.
Los senadores hicieron notar una contradicción. Mientras la mayoría de los estados relajaban sus medidas sanitarias tras la bajada de casos de coronavirus, la medida seguía vigente. “Nos deja perplejos que el CDC continúe utilizando una iniciativa draconiana en la frontera, lo que contradice la recuperación de Estados Unidos de la pandemia”, señalaban en un comunicado. Críticas similares habían hecho demócratas de la Cámara de Representantes. “El Título 42 nunca se trató de sanidad. Fue una forma de mantener lejos a las personas que buscaban asilo y protección”, escribió en Twitter el congresista latino Juan Vargas, quien recuerda que la solicitud de asilo es un derecho contemplado en las leyes estadounidenses.
Gracias al Título 42, 107.000 migrantes fueron expulsados de Estados Unidos en marzo de 2021. La mayoría de estos llegados desde México y el Triángulo Norte de Centroamérica. Aquel fue el primer mes en el que se superaron las 100.000 expulsiones, una marca superada en abril, mayo, junio y septiembre de ese año. Los migrantes expulsados bajo el Título 42 son procesados por una vía distinta a otros detenidos en la frontera, por lo que muchos de ellos volvían a intentar el cruce días después.
Las autoridades encargadas de la protección de la frontera informaron de poco más de un millón de expulsiones en el año fiscal 2021 (de septiembre de 2021 a septiembre pasado) gracias al Título 42. Esto representa el 60% del total de encuentros en la línea. La situación no es muy distinta en 2022. Se ha retornado a 430.000 migrantes entre octubre de 2021 y febrero pasado. La zona de gran flujo migratorio continúa siendo la frontera con México. El mes pasado fueron expulsados 89.000 personas que llegaron por ahí. En la frontera con Canadá, en cambio, fueron 52.
Algunos legisladores, especialmente de estados fronterizos, han hecho pública su preocupación por el fin de la medida, que ha servido para contener el histórico flujo migratorio que ha llegado en el primer año de Biden. “Lo único que está ayudando al Departamento de Seguridad Interior a controlar la frontera es el Título 42 y Biden quiere acabar con él en el peor momento posible”, ha señalado el senador John Cornyn, republicano de Texas, quien cree que la consecuencia será un “tsunami de drogas y migrantes”. Los dos senadores demócratas por Arizona, el astronauta Mark Kelly y Kyrsten Sinema, ambos demócratas, también se han pronunciado por mantener la medida. La migración será uno de los temas más repetidos rumbo a las elecciones legislativas de noviembre, donde los republicanos buscan arrebatar a los demócratas el control de Congreso.
Washington ha comenzado a preparar el fin de la polémica normativa. Desde hace algunos días, la Administración ha comenzado a vacunar a los migrantes que cruzan la frontera. La patrulla fronteriza asegura que podrán administrarse unas 2.700 dosis del biológico contra el coronavirus. La cifra palidece cuando se tiene en cuenta que los agentes han detenido diariamente, durante las últimas semanas, a unas 7.000 personas. En febrero fueron 5.600, en promedio. De acuerdo a The Washington Post, Seguridad Interior también está acondicionando y expandiendo nuevos centros de detención en la frontera para procesar a los inmigrantes.
La Casa Blanca anunció recientemente que afina los detalles de un plan para reducir los tiempos de espera para los solicitantes de asilo. Este puede suponer un sustituto al Título 42, ya que permitirá que agentes migratorios sean los primeros en calificar la elegibilidad de un migrante en su reclamo de asilo. El objetivo es restar carga de trabajo a los jueces de inmigración que sufren un atasco de 1.7 millones de casos por resolver, una situación que agravó la pandemia. En junio, Estados Unidos será anfitrión de la Cumbre de las Américas, donde se evaluarán los objetivos migratorios junto a Canadá y México, el principal expulsor de migrantes en el último año.