Héctor Suárez, y la huella imborrable que dejó en el cine mexicano

A principios de los 80’s y durante tres meses, Héctor Suárez vivió en un pueblo de Tlaxcala para estudiar su forma de hablar y movimientos, que le permitiera encarnar a Tránsito.
Tránsito sería el protagonista de “El mil usos”, comedia social sobre un campesino de Atlihuetzia que buscaba fortuna en la Ciudad de México, en donde era violentado, discriminado y vejado.
https://youtu.be/apI_rV5cumg
“Estábamos en Irapuato en una obra de teatro y estaba sentado con Ricardo Garibay y vimos una cola de personas en una central camionera y le dije que por qué no hacía una película con esos hermanos que son maltratados y explotados cuando llegan a la ciudad”, contaba Suárez.
https://youtu.be/n3lfFg-n3Q0
A los tres meses, recordaba, el guión estaba listo. Pasó todavía tiempo para lograr ser filmada, pero cuando estrenó en salas, el 4 de agosto de 1983, arrasó.
De acuerdo con un estudio de la revista Cine Toma publicada en 2013, la cinta superó los 10 millones de espectadores, venciendo a “El chanfle” que, en 1979, había llegado a los 9 millones de boletos vendidos.
“El Mil Usos” ganó Película en el festival de Karlovy Vari y Suárez el de Mejor Actor en los Premios ACE de Nueva York.
El histrión fue uno de los rostros más visibles del cine nacional durante las últimas cinco décadas, al participar en cerca de 90 largometrajes desde “El asesino invisible” de 1965.
Le tocó la época en que los presupuestos, mayoritariamente, no podían pagar la presencia de decenas de extras y prefería hacer sus propias escenas de acción.
https://youtu.be/gGJbEPm9vI0
“‘En Paraíso’ (1970) un día me aventaron donde había un tintorera, la gente muchas no sabe todo lo que tiene que hacer un actor”, narró en su momento al programa TAP de Canal 11.
Era de los actores a los que dejaban crear. Así fue en “Lagunilla mi barrio”, en la cual trabajó al lado de Lucha Villa y Manolo Fábregas, siendo continuamente promovida en televisión para que la gente fuera a los cines.
Inicialmente el personaje de El Tirantes, cuya caracterísación la tomó de un amigo que se había quedado en la época del mambo, era un papel pequeño: novio del personaje de Leticia Perdigón.
https://youtu.be/dJeSALK-oVU
“Pero pedí permiso para meterle cosas, siempre lo hago y me dejaron”, contaba.
Formó parte de “Mecánica nacional”, de Luis Alcoriza, interpretando a un hombre que hacia afuera era alguien que podía desaprobar la liberación sexual femenina, pero en su vida personal, no desaprovechaba ninguna oportunidad para abusar de su poder.
“Lo que busco siempre son personajes reales, porque esos son los que se quedan”, apuntaba.
Su actuación lo hizo merecedor al Ariel en Coactuación Masculina por parte de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas en 1972.
En la considerada nueva etapa del cine mexicano también participó. Gustavo Loza lo llamó para un viejo conserje futbolero en “Atlético San Pancho” y Fernando Sariñana para encarnar a un hombre mayor con problemas económicos en “Ciudades oscuras”.
Apenas el año pasado se lo vio en pantalla con “Mentada de padre”, siendo el personaje quien, en los primeros cinco minutos de la historia, determina que habrá una competencia radial entre sus hijos para ver quien se queda con su fortuna.
“Yo nunca me pregunto si me siento actor o no, siento que soy un alquimista, un mago y que el favor del público me ha hecho lo que soy”, dijo a EL UNIVERSAL previo al lanzamiento.
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