Hugo Favio Bonilla se sirvió con la cuchara grande en los cargos que ocupó durante la administración pasada. Su último cargo fue en la dirección de ingresos de la tesorería de Cancún, en la administración de Paul Carrillo de Cáceres. Antes ocupó cargos en el área financiera del gobierno estatal auspiciado por Juan Pablo Guillermo, el titular de Sefiplan en el borgismo.
Las indagaciones que se han hecho sobre su gestión en Cancún arrojan hoyos negros, oquedades purulentas. Tiene muchas cosas que aclarar. No sólo hay dudas sino evidencias de que hay millones de pesos que no se sabe dónde están. Pero él sí sabe. El manejó todos los ingresos del Ayuntamiento Benito Juárez. Y hay mucha opacidad en su desempeño. De hecho se le está investigando. Y los auditores se han encontrado con muchas cosas raras, sospechosas. Hay faltantes y fugas de dinero que hasta ahora Favio no sabe explicar bien a bien.
Es una de las personas de mayor confianza de Juan Pablo Guillermo, de Paul Carrillo y de Roberto Borge. Pertenecía al cerrado círculo de operadores financieros de la anterior administración. Él sabe muchas cosas. Él sabe cómo operar lo oscuro; el conoce el entramado financiero del borgismo; es un experto en el manejo y maquillaje de cifras. Fue uno de los puntales de la estructura financiera de la anterior administración. El conoce mucho.
Los que lo conocen de tiempo atrás se asombran de su despegue económico. Tiene un nivel de vida que no corresponde con sus ingresos. Pero él estuvo en ingresos de la tesorería de Cancún, y tenía más poder que el mismo tesorero. El mismo Paul, soberbio con muchos, con Hugo Favio se mostraba cauteloso. Sabía de su poder y de su influencia. Sin embargo, trabajaron agarrados de la mano.
Paul no quiere que las investigaciones a Hugo Favio lo salpiquen, porque aspira a ser candidato a diputado plurinominal por la alianza PRI-Verde. Por eso ha marcado una distancia del que fuera su director de ingresos. Pero no es fácil ni creíble.
Y por eso Borge colocó a Hugo Fabio como suplente de Javier Zetina González en la Auditoría Superior del Estado. En el fondo el ex gobernador no le tenía toda la confianza a Javicho, por eso colocó a un incondicional suyo como suplente.
Hugo Favio debió renunciar también cuando Zetina González lo hizo. Pero le dijeron sus jefes que no lo hiciera. Y ya se aprestaba a tomar por asalto la Auditoría Superior. Se le frustró.
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