Son estos los días más largos para los aspirantes a la candidatura del PRI para el gobierno del Estado. Son los días decisivos. Son los días en los que cualquier error puede tener consecuencias fatales. Cualquier tropiezo puede significar el fin de las aspiraciones a suceder a Roberto Borge Angulo.
Por eso en los “cuartos de guerra” de los aspirantes hay nerviosismo. Están atentos a cualquier movimiento, a cualquier señal, a cualquier signo. Hay, ciertamente, señales de hacia donde va la sucesión. Pero saben también que “del plato a la boca se cae la sopa”. Hasta que no se haga oficial el anuncio todo estará en el limbo, en tierra incógnita.
El domingo circuló un video donde un analista poblano da a conocer que el PRI ya decidió cinco candidaturas, entre ellas la de Quintana Roo. El nombre que coloca como el abanderado priísta es al diputado federal José Luís Chanito Toledo. El diputado federal ha guardado prudente silencio ante la columna que da a conocer su nombre como el palomeado por la dirigencia nacional del PRI para contender por la gubernatura de Quintana Roo.
En fuentes cercanas al Comité Nacional del PRI se asegura que será hasta el fin de semana cuando se de a conocer el nombre del candidato de unidad. Y entonces, como es de esperarse, vendrá la clásica cargada de los búfalos.
Lo interesante es que en las filas de Chanito no hay triunfalismo ni hay desaliento entre los partidarios de Mauricio Góngora. Los demás aspirantes se mantienen firmes en sus aspiraciones hasta que venga el anuncio oficial. Entonces vendrán las clásicas negociaciones de posiciones. Pero lo que no se admitirán serán presiones y chantajes. Porque la unidad no se negocia. En el PRI, cualquiera que sea el candidato todos salen ganando al final de cuentas.
El proceso sucesorio en Quintana Roo tiene un firme y responsable timonel: el gobernador Roberto Borge Angulo, quien con sensibilidad y fino olfato político está conduciendo su sucesión hacia donde más le conviene a la entidad. Borge Angulo no ha caído en provocaciones ni ha cedido a intereses ajenos a Quintana Roo, por más fuertes que pudieran parecer.
Entre los aspirantes que podrían quedar fuera de la candidatura hay las normales actitudes de presionar para ser tomados en cuenta. Si se extralimitan si podrían ser marginados. Porque lo que importa es el destino de Quintana Roo, no ambiciones personales o de facción. Por cierto: ¿firmará Carlos Joaquín el pacto de unidad?
Correo: [email protected]
Twitter: @JorgeG512