La falta de seguridad en Quintana Roo va en aumento, no porque yo lo diga, sino porque las estadísticas así lo consignan, no solamente de las fuentes oficiales, sino también lo que denuncian las asociaciones civiles.
La semana pasada, Asociaciones y cámaras empresariales del Estado condenaron los hechos delictivos ocurridos en la zona sur de Quintana Roo, donde cuatro personas han sido privadas de su libertad en los últimos días, de ellas, el empresario local fue encontrado muerto.
La asociación México SOS, varios capítulos de la Coparmex, el Consejo Coordinador Empresarial de Chetumal, el Observatorio Legislativo, dos capítulos de Amexme, entre otros, hicieron un llamado a las autoridades para mejorar el nivel de inteligencia y seguridad en Chetumal y Bacalar; pero lo peor está en la zona norte, específicamente en Benito Juárez (Cancún).
Asimismo, manifestaron su repudio y preocupación por la ola de violencia, y aseguraron que se mantendrán pendientes de la actuación de las autoridades.
La muestra de la indiferencia de las autoridades de los tres niveles de gobierno queda de manifiesto en el Semáforo Delictivo de Quintana Roo 2023, donde el feminicidio subió de 1 a 3. Los homicidios en los 28 días de febrero fueron 50; 11 actos de extorsión; 174 acciones de narcomenudeo; 212 robos a vehículos; 116 robos a casa habitación; 99 robos a negocios; 231 lesionados; 54 violaciones y 456 actos de violencia familiar.
Lo lamentable, es que el tema de inseguridad parece no existir para las autoridades, no lo abordan, no lo combaten con inteligencia, les provoca urticaria; pero eso no quiere decir que la sociedad no sufra sus efectos. Si no lo cree, solo vea cómo ha cambia su estilo de vida por causa de la violencia que se vive en Quintana Roo. Al tiempo…
SASCAB
Algo pasa en la Secretaría de Salud del Gobierno de Quintana Roo. Familiares de una turista chilena que perdió la vida por descompensación en Chiquilá y las autoridades del Puerto, denunciaron a la Jurisdicción Sanitaria número 2 que tiene a su cargo Homero León, por mandar una ambulancia en mal estado a esa zona, pues la paciente no pudo ser trasladada al Hospital Integral de Kantunilkín, por falta de un vehículo prehospitalario.
La queja más clara la hace el alcalde Joel Pino Álvarez comentó que se negaba a recibir la ambulancia, pues dijo que carecía de tanques de oxígeno, material de primeros auxilios y refacciones, para operar al 100 por ciento.
¿Sabe cuanto cuesta un tanque de oxígeno? El precio promedio es de 5 mil pesos. Por esa cantidad la turista chilena perdió la vida; ¿es justo mientras el gobierno gasta en banalidades? Ahí se las dejo…