El Senado de Brasil arrancó a las 10:00 horas local (8:00 horas tiempo de la Ciudad de México) la decisión que definirá el futuro político del país: la exposición de motivos y votación de la apertura formal del proceso de destitución, o impeachment, de la actual presidenta Dilma Rousseff.
La novela brasileña parece que terminará este miércoles con la salida de Rousseff del gobierno, a quien se le acusa de alterar las cifras del balance presupuestario, pero que en realidad enfrenta un golpeteo político como consecuencia de la inestabilidad económica y de los escándalos de corrupción en Petrobras.
El presidente del Senado Renan Calheiros inauguró la sesión en la que 81 representantes deberán definir si procede o no el juicio político contra Rousseff, que implicará su separación del cargo por al menos 180 días.
De acuerdo con medios locales, la sesión podría prolongarse hasta por 18 horas, pues 65 senadores han solicitado el uso de la tribuna y el tiempo máximo de cada intervención es de 15 minutos. La oposición necesita sólo de mayoría simple para consumar la salida de la mandataria.
Calheiros informó que no se aceptó la solicitud del oficialista Partido de los Trabajadores para suspender la sesión de este miércoles. El senador dijo que nunca quiso que llegara la votación del impeachment pues es consciente de la inestabilidad que trae a Brasil.
De concretarse el inicio del juicio de destitución contra Rousseff, el país entraría en algunos vacíos legales, pues no queda claro bajo qué calidad sería juzgada la actual mandataria o qué pasaría con su equipo de trabajo.
(Agencias)