El presidente venezolano Nicolás Maduro activó el martes una“comisión de la verdad” para evaluar los hechos de violencia de más de quince años y propiciar un nuevo proceso de diálogo que hasta el momento no cuenta con el respaldo de la oposición.
La instalación de la comisión se da a menos de 24 horas que el Tribunal Supremo de Justicia, que es señalado de estar controlado por el oficialismo, declaró“inconstitucional” la ley de amnistía y reconciliación nacional que aprobó a finales del mes pasado la mayoría opositora de la Asamblea Nacional para tratar de liberar al dirigente encarcelado Leopoldo López y otros de los llamados“presos políticos”.
En medio de la compleja crisis económica que enfrenta Venezuela, Maduro llamó a un “gran diálogo nacional” e instaló la “comisión de la verdad” que contará con el acompañamiento del secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur, Ernesto Samper, y los ex presidentes Leonel Fernández de República Dominicana, José Luis Rodríguez Zapatero de España y Martín Torrijos de Panamá.
El mandatario dijo, durante un acto en el palacio de gobierno, que promoverá el diálogo nacional para “establecer la verdad, para hacer la justicia, para reparar a las víctimas y para buscar la paz a través del perdón con justicia”.
Este problema es de los venezolanos y la solución tiene que venir de los venezolanos”, dijo Samper al rechazar que las “fuerzas internacionales” intervengan en los asuntos internos de Venezuela. El ex presidente colombiano alabó la creación de la “comisión de la verdad” y dijo que es una oportunidad para “reconocer errores, para perdonar”.
Aunque la coalición opositora descartó este martes que vaya a participar en esa comisión, Maduro les reiteró la invitación a unirse a los diálogos.
El mandatario aprovechó para denunciar que en el país suramericano está en desarrollo un “plan de golpe de Estado”, pero no aportó detalles ni pruebas. Asimismo, criticó a Estados Unidos y dijo que al diplomático estadounidense Thomas Shannon lo apartaron de los diálogos de acercamiento que mantuvo el año pasado con las autoridades venezolanas.
En 2014, en medio de unas violentas protestas callejeras, Unasur trató de promover un proceso de acercamiento entre el gobierno y la oposición que no prosperó.