Francia, 3 de febrero.- El presidente de la federación francesa de patinaje artístico será interrogado el lunes por la ministra del deporte del país luego de una serie de acusaciones de abuso sexual y violación cometidos por un entrenador a patinadoras menores de edad.
Didier Gailhaguet no es el blanco directo de las acusaciones, pero deberá responder sobre el caso del entrenador Gilles Beyer, quien ha sido acusado de violación y sigue trabajando con la federación pese a una investigación que generó sospechas de los crímenes a inicios de la década del 2000.
Gailhaguet fue mandado llamar tras la publicación de un libro la semana pasada en que Sarah Abitbol, 10 veces campeona de Francia y medallista de bronce en parejas en el campeonato mundial de 2000, acusó a Beyer de haberla violado entre 1990 y 1992 cuando ella era una adolescente.
“Espero que él me ofrezca una explicación sobre cómo y por qué ocurrieron estos casos”, dijo la ministra del deporte francés Roxana Maracineanu.
Beyer, de 62 años y exdirector de los equipos de patinaje de Francia, admitió la semana pasada que sostuvo relaciones “íntimas” e “inapropiadas” con Abitbol. El viernes fue despedido por el club francés Les Francais Volants, con el que tenía un cargo como delegado general.
De acuerdo con el periódico L’Equipe, el Ministerio del Deporte de Francia canceló el contrato de Beyer como asesor técnico en 2001 después de un informe que subrayó repetidos “actos graves” confirmados contra jóvenes patinadoras. Pese a su despido, Beyer siguió trabajando con Les Francais Volants y colaboró con varios equipos de la federación francesa hasta 2018.
La presentación del libro de Abitbol coincidió con la publicación de parte de L’Equipe de una serie de artículos que exploran los abusos sexuales en el patinaje, la natación y el tenis en Francia. En los reportajes del periódico, Beyer y otros dos entrenadores son acusados de abuso sexual hacia expatinadoras.
“Nunca sospechamos que lo que llegamos a escuchar o leer en los últimos días fuera algo tan grande”, afirmó Maracineanu. “Todos estamos impactados. Yo más que nadie”.