La derrota de la Cuarta Transformación (4T) en la Cámara de Diputados por el rechazo de la Reforma Eléctrica caló hondo dentro del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), situación que destacó las rencillas que ya se venían presentando desde hace algunos meses entre sus integrantes.
John Ackerman ha sido un férreo crítico del accionar de este movimiento político, a pesar de ser militante. Su principal señalado el Mario Delgado Carrillo, líder nacional del partido guinda, a quien ha denunciado públicamente en diversas ocasiones por utilizar esta organización a su favor y sin escuchar a las bases y fundadores.
Antes de culminar con la votación en la cámara baja, el escritor culpó al dirigente morenista por la posible derrota, misma que se cumplió. Ahora, 24 horas después, solicitó autocrítica dentro del movimiento para darse cuenta que los culpables no son sólo los opositores, también ellos mismos.
“No todo es culpa de los adversarios externos, de los traidores del PRIANRDMC, de los medios vendidos a la oligarquía o de los falsos demócratas que encabezan las autoridades electorales. Los morenistas también tenemos la culpa”, escribió Ackerman en su columna del diario La Jornada.
Uno de los primeros contratiempos fue la Revocación de Mandato, que si bien al final recabó más de 15 millones de votos, no convocó a la misma cantidad de personas que en 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador (AMLO), señaló el académico de la UNAM, “se encontraba en una situación mucho menos favorable que en la actualidad”.
En aquel momento sorteó muchas trabas, como los consejeros electorales, periodistas “chayoteros”, y un partido pequeño que sólo recibía 10% del financiamiento público electoral. Ahora, en un escenario completamente diferente, con una tasa de aprobación de al menos 65 por ciento y el partido político más determinante del país no logró reunir ni un 20% del padrón electoral.
“Las urnas se tendrían que haber desbordado en favor del Presidente. Pero ocurrió justo lo contrario. En lugar de aumentarse la votación, se redujo a la mitad. En 2018 sufragaron 30 millones de ciudadanos en favor de López Obrador, pero en 2022 sólo 15 millones”, destacó Ackerman.
Su esperanza de mejoría durante la votación de la Reforma Eléctrica era alta, pues recordó que, durante la primera mitad del sexenio, López Obrador logró la aprobación de 18 reformas constitucionales, racha que se rompió el pasado domingo 17 de abril por “un pequeño grupo de diputados del PRIANRDMC al servicio de las empresas trasnacionales”.
Sin embargo, también señaló que los integrantes del bloque oficialista (Morena y sus aliados) deben reconocer que no estarían en esta situación de no ser por el pobre desempeño en las elecciones de junio pasado, cuando se perdieron más de 50 curules en la Cámara de Diputados.
La culpa por esta situación, señaló, no la tiene López Obrador, sino sus operadores políticos a quienes responsabilizó de no poder convertir en votos la popularidad del presidente. Este “abandono” del tabasqueño fue provocado, afirmó, por Mario Delgado y sus “sobreconfiados en sus ejércitos mercenarios”, los cuales han privilegiado a “chapulines” políticos y no a las bases del movimiento.
Para la fortuna de Morena, Ackerman aseguró que durante los últimos meses se ha generalizado un ambiente entre los “morenistas más auténticos” para rescatar al movimiento. Este éxito se observó por completo en la Convención Nacional Morenista, la cual etiquetó como “la última oportunidad para revivir al partido”.
“El futuro de la Cuarta Transformación dependerá de la capacidad de autocrítica y de movilización autónoma de la militancia morenista en favor de la rectificación del rumbo antes de que sea demasiado tarde”, sentenció el analista.