El caso de Jorge Brizuela el “Venezolano”, que destapó hace unos días el sitio de noticias Eje Central, derivaría al menos en una investigación seria en un país en el que no prevalezca la impunidad, pero al tratarse de hechos registrados en México todo parece indicar que el destino del acontecimiento será el olvido.

De acuerdo con lo documentado por Eje Central con base en los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional filtrados por “Guacamaya Leaks” en noviembre pasado, el “Venezolano” forma parte de un organismo de espionaje de la dictadura de Nicolás Maduro, que desde Cancún se dedica al “lavado” de dinero en Puerto Rico.
Por lo menos desde 2020 la Sedena ya tenía información oficial sobre la presencia de Jorge Brizuela y sus vínculos con una banda rumana de “clonadores” de tarjetas, que tenían como principales víctimas a los turistas que usaban unos dispensadores de efectivo dispuestos en las zonas de mayor afluencia turística de Cancún, Playa del Carmen y Tulum.
Pero en los hechos, el “Venezolano” ya tenía presencia en Quintana Roo al menos desde 2016, como hombre cercano a Carlos Joaquín González, primero como candidato a gobernador y luego cuando éste fue titular del Ejecutivo.
Brizuela tejió una amplia red en diversos sectores de la sociedad, ante la cual se presentaba como un prominente empresario y solía hablar a nombre de Carlos Joaquín. Ofrecía gestiones y se comprometía a cosas a nombre del gobierno del estado.

¿Quién puede tener la facilidad para subirse al proscrito avión presidencial “José María Morelos y Pavón? No cualquiera puede acceder a un aparato custodiado y administrado por la Fuerza Aérea Mexicana. Brizuela tiene en sus redes sociales una foto descendiendo de la aeronave estacionada en el hangar de la base militar del aeropuerto de la Ciudad de México.
¿Quién puede tener a sus disposición elementos y vehículos de la Guardia Nacional, para transportar cualquier cosa? Jorge Brizuela presume en sus redes sociales un video en el que dirige hacia un vehículo de esa institución a integrantes de la Guardia cargando algunas cajas y una maleta, mientras otros elementos los custodian.
¿Hasta dónde dejaron al “Venezolano” involucrarse en las dependencias de seguridad? ¿Quién le permitió involucrarse de esa manera?
En el caso de Genaro García Luna el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa no ha proporcionado explicación alguna y, por el contrario, ha cuestionado el veredicto del jurado, debido a que los fiscales de Estados Unidos no aportaron pruebas.
¿Debe el ex gobernador Carlos Joaquín dar una explicación sobre su cercanía con el “Venezolano”?
¿Su nombramiento como embajador en Canadá podría revocarse? En los hechos, Carlos Joaquín no ha asumido esa función, sigue en México y en redes sociales su perfil dice “embajador designado”.

¿Debe el fiscal Oscar Montes de Oca dar una explicación sobre su cercanía con el “Venezolano”?
Sea lo que sea, lo previsible es que el escándalo se vaya diluyendo… a menos que se haga justicia en Estados Unidos, esa que tanto presume el Presidente y los suyos, esa que tanto orgullo le causa al actual gobierno federal.
Y una razón poderosa para que se diluya, es que Jorge Brizuela se metió hasta la cocina y a quienes encontró en su camino los metió en el guiso.
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