Los estados de Veracruz, Quintana Roo y Chiahuaha, cuyos gobernadores priistas salientes dejaron un boquete financiero en las arcas públicas, no serán rescatados por el gobierno federal, afirmó el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), José Antonio Meade.
En declaraciones en el programa de Televisa Despierta con Carlos Loret de Mola, el funcionario afirmó que la relación de la dependencia a su cargo con los estados está acotada por instrumentos financieros, por lo que los gobernadores entrantes, todos de oposición al PRI, deberán hacer frente a la situación financiera de su estado, conforme a la ley.
La SHCP, explicó, sólo cuenta con dos instrumentos para apoyar a los estados: la entrega de participaciones provenientes de la recaudación, que pueden ser usadas libremente, y las aportaciones de recursos con fines específicos.
También, dijo, puede haber proyectos de inversión en infraestructura, pero la situación financiera de cada estado es responsabilidad de los gobiernos locales, insistió.
En el caso de Veracruz, donde el Congreso del estado reconoce un daño patrimonial por 14 mil 220 millones de pesos, Meade afirmó que el nuevo gobierno tendrá que hacer frente a la situación del estado.
Dijo que habrá una reunión con el equipo del gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, en la que revisarán los instrumentos con los que se puede acompañar al estado, pero rechazó definitivamente un rescate financiero para el estado.
Entre las opciones que tienen los gobernadores para enfrentar la situación, Meade señaló que cada gobierno estatal puede pedir créditos de corto plazo, acudir a la Bolsa, a la banca de desarrollo o solicitar un anticipo de participacionesy para ello pueden recibir apoyo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). También, abundó, pueden recortar gasto para enfrentar los problemas.
Meade reconoció que la ley prevé la posibilidad de que Hacienda le dé recursos a los municipios, pero tienen que pedirlos y ser apoyados por cuerpos colegiados, aunque debe entregarlo a los gobiernos estatales.
Además, dijo, se vigila que el gasto se ejerza de manera adecuada. “Hemos fortalecido y dado facultades a la Auditoría Superior de la Federación para que revise cómo se ejercen esos recursos en los estados” y lo pueden hacer, subrayó, en tiempo real.
Actualmente, abundó, los estados deben más o menos el equivalente a 2.5 puntos del PIB, sin embargo reconoció que la SHCP no tiene forma de conocer toda la deuda de las entidades federativas, porque no conocen el monto de la deuda de nómina ni con proveedores.
Meade hizo hincapié en señalar que ante el ambiente externo, de mucha volatilidad, es necesario fortalecer la economía mexicana.
Aseveró que la SHCP está al pendiente de los acontecimientos, y que la Comisión de Cambios está lista para intervenir, pero –dijo— “tenemos que distinguir cuándo tendría sentido, porque si hay una preocupación global en torno de los resultados del 8 de noviembre, la intervención sería como echar gotas al mar”.
A mediano plazo, apuntó, existen herramientas como las reservas internacionales, la línea de crédito flexible y los fundamentos macroeconómicos.
Si gana Donald Trump, habrá volatilidad
Meade reconoció que de ganar Donald Trump la elección presidencial en Estados Unidos, la volatilidad se incrementará y la incertidumbre se reflejará en las variables. No obstante, confió, la relación con Estados Unidos es vasta, profunda e intensa.
Además, sostuvo que en realidad los secretarios de Finanzas y Economía de todo el mundo deben estar preocupados con la elección, porque “se corre el riesgo de cambie la relación de Estados Unidos con todo el mundo”, y ese riesgo sólo se puede enfrentar con finanzas públicas sanas y con un sistema financiero adecuado.
Consideró que la volatilidad que se genere debe enfrentarse con los mejores instrumentos y con una economía fortalecida, para lo que no se debe esperar al 8 de noviembre porque los mercados funcionan todos los días todo el día.
“México tiene elementos para enfrentar un triunfo de Donald Trump y el escenario central es que la economía nacional crecerá entre 2 y 2.6%, por lo que cerraremos el año dentro del rango planeado”, estimó Meade.