Kristen Stewart no convenció en la Mostra de Venecia con Equals, una película de Drake Doremus que se desarrolla en un futuro aséptico en el que los personajes no tienen emociones pero que mezcla Romeo y Julieta con Gattaca para lanzar un alegato simplista a favor del amor.
Stewart y Nicholas Hoult protagonizan una película que fue recibida con división de opiniones en Venecia, donde participa en la competición oficial y donde generó menos interés del esperado.
Por un lado estaba el tirón mediático de Stewart y por otro el salto de Doremus, uno de los representantes del cine “indie”, a producciones más complejas, pero el resultado se queda lejos de las expectativas levantadas.
Una gran historia de amor, para Stewart, que afirmó en rueda de prensa que “el amor, la pasión o la curiosidad son lo que permiten al mundo moverse y a la sociedad evolucionar”.
Cuando leí el guión me impresionó por lo maravillosamente que esta escrito”, dijo por su parte Hoult, quien destacó que es la primera vez que Doremus trabaja con un guión escrito, aunque dejó mucho espacio a la improvisación.
Me encantaba la idea de una historia sin emociones en un mundo tan tecnológico”, explicó Doremus sobre una película, que muestra un futuro indeterminado en el que los seres humanos no sienten nada y viven tranquilos y seguros con una vida en la que todo está establecido, marcado y milimetrado.
El punto de discordia viene del síndrome de los “encendidos”, aquellos que han vuelto a sentir emociones.
“No se trata de una distopía, más bien de una utopía”, afirmó Doremon, que dijo haberse dejado influir por Blade Runner pero no rechazó la idea planteada por un periodista de que fuera una reinterpretación de un gran drama de Shakespeare.
Porque los protagonistas de la película son los protagonistas de un amor imposible entre dos seres humanos “encendidos” en un mundo completamente blanco en el que la diferencia no tiene cabida y en el que la pervivencia de la especie se asegura mediante inseminaciones artificiales a las mujeres.
Una película rodada en Japón, que les ofreció “la limpieza, armonía y orden” necesarios para entrar más fácilmente en el mundo de Equals, según el director, que además facilitó a los actores un montón de canciones para escuchar y luego las reprodujo durante el rodaje.
La música les hacía reaccionar más fácilmente a las situaciones que plantea la película, así como las numerosas charlas y especie de ensayos, que tuvieron los actores con el director.
Una vez Nicholas y yo estuvimos literalmente una hora diciéndonos ‘buenos días’ de todas las formas posibles, y eso permitió sacar todas las emociones”, recordó Stewart.
La actriz reconoció estar inicialmente “intimidada” por un proyecto tan ambicioso, pero luego en el plató el director “tenía todo muy claro” y le dio “directrices muy concretas” para después darles mucha libertad, lo que permitió un rodaje muy relajado.
Pero no evitó que Stewart tuviera muchas dificultades a la hora de componer un personaje que tiene emociones pero que las oculta en un mundo en el que tenerlas es ser un enfermo condenado a muerte.
Al comienzo todos hablábamos como si fuéramos robots, pero Drake nos hizo ver que estábamos en un mundo con una vida fácil, seguros y sin preocupaciones”. El único inconveniente, es que no tenían sentimientos.
“Yo era el único personaje que estaba ‘encendido’ todo el tiempo y era muy difícil controlar las reacciones y expresiones (…) Fue complicado y doloroso no poder mostrar nada”, explicó Stewart.
Un proyecto en el que la actriz se ha sentido muy implicada, aunque no más que en películas anteriores, como la sagaTwilight (Crepúsculo) o Snow White and the Huntsman (“Blancanieves y la leyenda del cazador”).
“Siempre he estado igual de implicada en todos los proyectos en los que he trabajado. Nunca podría hacerlo de oro modo. Sería terrible, lo haría fatal y me despedirían”.