El gobernador marca su agenda, según se ve, de acuerdo a las demandas de la sociedad. Es la sociedad la que define la agenda política de Carlos Joaquín González y no grupos de interés político o económico, porque Quintana Roo vive una nueva realidad política que rompe viejos paradigmas de hacer y de entender el quehacer político.
Carlos Joaquín no le teme a la cercanía de la gente. Al contrario, la busca. Se ve que se siente a gusto con la gente. Hace apenas algunos meses Quintana Roo padecía un gobierno, el de Roberto Borge, caracterizado por su rudeza, por la soberbia y por el desdén hacia la ciudadanía. Ya no digamos por el brutal saqueo de que fue víctima el estado en todas las áreas de la administración estatal. El poder se utilizó para el enriquecimiento personal. Lo que ha estado aflorando es apenas la punta del iceberg.
En las Charlas de Sobremesa, el secretario de la Función Pública, Rafael del Pozo, expuso un diagnóstico del panorama desolador de la administración que recibió Carlos Joaquín.
La administración anterior fue una máquina para la depredación. Eso aunado al desprecio por la gente. A la soberbia. Al sentimiento de impunidad. Pero vino el cinco de junio y la sociedad quintanarroense dijo ¡Basta!
No es fácil la tarea de Carlos Joaquín González. Porque ha evitado que la administración pública colapse o se paralice. Y al mismo tiempo las investigaciones de la administración anterior siguen su curso. No es fácil.
La maquinaria del saqueo todavía no está desmontada del todo. Pero Quintana Roo vive un nuevo tiempo. Una nueva forma de gobernar, con respeto a la pluralidad. A nadie se persigue. A nadie se difama. Y no se roba el patrimonio público. La sociedad lo valora.
No al aumento en Cancún
Remberto estrada sabe que lo que haga hoy tendrá impacto en el futuro. En la política los pasos se deben medir con responsabilidad. Por eso determinó que no se autorizará un aumento a las tarifas del transporte público. No habrá aumento al precio de los pasajes del transporte urbano, tal y como lo piden los concesionarios del transporte, que por cierto es cada día más deficiente y peligroso.
Actuar en consonancia con el interés público es lo que garantiza respaldo social y proyección política. Más que quedar bien con un grupo de empresarios es mejor quedar bien con la mayoría de la gente que está atravesando dificultades económicas.. Reberto Estrada lo sabe.
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