La empresa petrolera estatal de Libia ha denunciado este viernes la presencia de mercenarios rusos en el campo petrolero de Sharara, el más grande del país, y ha rechazado “los intentos de países extranjeros de evitar el reinicio de la producción de petróleo”.
La Corporación Nacional de Petróleo (NOC) ha indicado que los mercenarios entraron el jueves en las instalaciones y se reunieron con representantes de la Guardia de Instalaciones del Petróleo (GIP), cuyos miembros irrumpieron hace dos semanas en las mismas para suspender la producción.
La GIP era previamente una unidad militar dedicada a proteger las instalaciones petroleras, si bien se fraccionó en milicias locales tras la captura y ejecución de Muamar Gadafi en 2011, cada una con distintos intereses en las distintas zonas del país.
El presidente de la NOC, Mustafá Sanalá, ha incidido en un comunicado en que “el petróleo de Libia es para el pueblo libio” y ha agregado que “muchos países se están beneficiando de la ausencia del petróleo libio en los mercados internacionales”.
“Algunos de ellos expresan cínicamente su pesar por la continuada incapacidad de Libia de producir petróleo mientras al mismo tiempo trabajan entre bambalinas para apoyar a las fuerzas responsables del bloqueo”, ha argumentado.
Así, Sanalá ha manifestado que Libia “no necesita que los mercenarios rusos o de cualquier otro país cuyo objetivo es evitar la producción de petróleo estén en los campos de petróleo”, antes de pedir “unas fuerzas de seguridad patrióticas, profesionales e independientes que faciliten el reinicio de la producción”.
“Mientras los mercenarios extranjeros sigan recibiendo grandes sumas de dinero para evitar que la NOC lleve a cabo sus tareas esenciales, el resto de la población libia sufre, no sólo por la falta de ingresos por el petróleo, sino también por la pérdida para la nación del desastroso deterioro de la infraestructura petrolera a causa de la corrosión y la incapacidad del personal de la NOC para llevar a cabo tareas de mantenimiento”, ha criticado.
El Grupo Wagner, propiedad de un aliado del presidente ruso, Vladimir Putin, ha desplegado mercenarios y equipamiento militar en Libia en apoyo a la ofensiva lanzada en abril de 2019 por el mariscal de campo Jalifa Haftar contra la capital, Trípoli, sede del Gobierno de unidad.
Las fuerzas del Ejecutivo de unidad, que han recibido apoyo militar de Turquía, repelieron hace pocas semanas esta ofensiva y avanzaron hacia Sirte, poniendo en desbandada a las fuerzas de Haftar, quien cuenta además con apoyo de Egipto y Emiratos Árabes Unidos (EAU).