El PRI se encuentra, a nivel nacional y local, en su peor momento. En el 2012 regresó a la presidencia de la República a tambor batiente. Pero Enrique Peña Nieto no estuvo a la altura de la confianza de millones d mexicanos votaron por él, hartos de los miles de muertes de la llamada “guerra a la delincuencia organizada”.
Pero la sangre sigue en las calles, la economía del país está destrozada, la corrupción se enseñoreó en todos los niveles. Con Enrique Peña Nieto el PRI se vino a pique, como se vino a pique la confianza ciudadana en la política y en los políticos. Los gobernadores de este sexenio, que fueron los que destinaron millonarias sumas para pagar la campaña presidencial del 2012, tuvieron manga ancha para saquear a sus estados.
La violencia que desangra al país, la economía en picada, la corrupción y la impunidad, son algunos de los factores que han hastiado a la ciudadanía que mira al PAN y a Morena como las opciones viables para desplazar de nuevo al PRI de Los Pinos.
El 2018 será un año en el que los mexicanos decidirán su verdadero ingreso al siglo XXI.
A pesar de los golpes de gran impacto mediático contra Andrés Manuel López Obrador, el tabasqueño sigue creciendo. Su posicionamiento se fortalece en el ánimo de millones de mexicanos. Los dardos del PRI, principalmente, contra el político que por tercera vez va por la candidatura presidencial, no han logrado hacerle mella. Tiene un blindaje más poderoso que el escudo antimisiles que envío Estados Unidos a Corea del Sur.
En Quintana Roo el problema de Morena es encontrar candidatos no sólo que tengan adeptos sino que sean confiables, es decir, que no traicionen la confianza ciudadana, como ya ha ocurrido en muchas ocasiones. Morena piensa de nuevo en Mara Lezama, que ya tiró la toalla en una ocasión en un episodio no totalmente esclarecido. Los demás aspirantes son ex priístas, algunos de ellos con buena fama pública y otros con un desprestigio a cuestas.
Y lo mismo pasa en Solidaridad y en los demás municipios de la entidad. Esto sin tomar en cuenta que en el 2018 también se elegirán Senadores y Diputados federales, que en el caso de Quintana Roo serán cuatro.
El PRI se encuentra en una crisis de credibilidad sin parangón en la historia reciente, al grado de que ha tendido puentes para postular a algunos cuadros que renunciaron el año pasado, como Jesús Pool Moo. En fin.
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