Existen muchos frentes abiertos contra el ex gobernador Roberto Borge Angulo por actos de corrupción que al momento sólo pueden ser llamados presuntos, pero ninguno ha llegado a tomar forma en las fiscalías local o federal al grado de que un juez dicte alguna medida cautelar para evitar que el cuestionado personaje salga del país, lo que de facto ha hecho alegremente para pasear en Orlado al fin de mes pasado y al comienzo de este.
Ivanova Pool Pech, con mucho la más destacada representante que ha aportado el PRD Quintana Roo a la Cámara de Diputados, hizo ayer un exhorto para que las autoridades migratorias sellaran fronteras y puertos para evitar el escape de Borge, objeto de numerosas investigaciones.
La legislador quintanarroense que a pesar de su juventud suma a su larga experiencia política su desempeño como periodista, actividad de la cual es profesionista, de manera comprensible está actuando según el dictado del clamor popular contra Borge, pero seguramente sabe muy bien que una medida cautelar de esa magnitud sólo puede provenir de la decisión de un juez federal.
Ya que el gobierno de Carlos Joaquín González ha dejado claro su desprecio a la prensa local, ha recurrido a los medios de comunicación nacionales para emitir las posturas del titular del Poder Ejecutivo y de su equipo, ha dado cuenta de manera por demás errática de su cacería contra Borge, pero apenas esboza de manera informal y confusa algunas denuncias que podríamos calificar de muy menores si se toma en cuenta la magnitud del desfalco borgista según las estridentes acusaciones mediáticas, sin trascendencia legal.
Decíamos aquí que gracias sobre todo a la pormenorizada denuncia de la organización Somos tus Ojos que preside la periodista Fabiola Cortés Miranda el gobierno del cambio tiene de donde agarrarse para actuar contra Borge por los presuntos actos de corrupción y la disposición abusiva de valiosos terrenos que eran propiedad de los quintanarroenses, en beneficio propio, de familiares y amigos, pero los actos –muy normales y compresibles, por cierto– como la colocación de la Espada de Damocles que hizo la diputada Pool sobre la testa borgista son hasta ahora parte de la mucha y no de las muy pocas acciones legales.
Normales y comprensibles actos mediáticos, decíamos, pero las exigencias de la sociedad quintanarroenses desatadas por las promesas justicieras del actual gobierno no quedarán satisfechas mientras Roberto Borge no acabe en la cárcel, lo que no ocurrirá mientras las denuncias no vayan más allá del papel impreso y las ondas hertzianas.
Esto apenas comienza.
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