El canciller Marcelo Ebrard ha anunciado que la familia del depuesto presidente de Perú, Pedro Castillo, ya está en la embajada mexicana de aquel país y se están negociando sus salvoconductos “para que si desean salir y viajar a México lo puedan hacer”. El asilo ya lo tienen, ha dicho el canciller, porque esa es una decisión soberana de México, una vez que están en su territorio, es decir, en la embajada. “Nosotros tenemos las puertas abiertas de México para Pedro Castillo, para su familia y para todos los que se sientan acosados o perseguidos en Perú. Esa es nuestra tradición de política exterior”, dijo ayer mismo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En efecto, México se ha mantenido en esta crisis peruana siempre al lado del presidente Castillo, que fue detenido tras haber disuelto el Congreso y antes de alcanzar a refugiarse en la embajada mexicana. La posición de López Obrador al respecto ha ocasionado fricciones con el nuevo gobierno peruano de Dina Boluarte y no solo, otras naciones han mantenido posturas parecidas debido a las cuales los embajadores de México, Argentina, Colombia y Bolivia fueron llamados a consultas el pasado 15 de diciembre. Boluarte les acusó de intervenir en asuntos internos de Perú que no les competían.
El pasado 7 de diciembre, el presidente peruano Pedro Castillo resolvía las enormes crisis que atravesaba su país desencadenando otra: la disolución del Congreso, que dictó en un discurso televisado e informó que tenía previsto convocar nuevas elecciones. La Cámara iba a debatir, de nuevo esa tarde, una moción de censura contra el presidente, acorralado por los diputados contrarios y que tenía prohibido salir del país. Sus correligionarios políticos y el Ejército le dieron la espalda y Castillo acabó detenido horas después. El presidente mexicano y otros en la región siguieron considerándole el mandatario legítimo, acosado por intereses oligárquicos.
Un juez dictó la semana pasada 18 meses de prisión preventiva para Castillo, quien está encarcelado en las instalaciones de Barbadillo, el mismo penal limeño en el que se encuentra detenido el expresidente Alberto Fujimori. El presidente mexicano, que siempre se mantiene firme en su postura de no involucrarse en asuntos de otros países, rompió en esta ocasión su compromiso y solo dos horas después de la detención de Castillo, salió en su defensa: “Consideramos lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución”, dijo.
Debido a esta crisis desencadenada en Perú, son numerosos los mexicanos que han tratado de volver a su país, razón por la cual están siendo embarcados en aviones comerciales, sin que, por ahora, se haya necesitado fletar alguna nave de las Fuerzas Armadas, que siguen a disposición por si fuera necesario. El canciller ha dicho esta mañana que se ha mantenido contacto con 540 nacionales y que el embajador Pablo Monroy ya ha conseguido el viaje para decenas de ellos, entre otros un equipo de fútbol, el Atlante Metepec. Asimismo, se ha proporcionado alojamiento a personas sin recursos previo a su viaje de vuelta a México. “El 80% de los turistas están ya movilizados o ya han regresado. No ha sido necesario por ahora el avión de las Fuerzas Armadas”.
“Los que más nos preocupaban eran dos grupos en particular: 312 personas en la región de Cuzco que tiene una importancia turística evidente, y un equipo en Trujillo que está en otra región de Perú, más al norte, que afortunadamente ya llegó a México”, ha informado el canciller en la conferencia matutina.
“También se apoyó a 43 personas para regresar de Lima a México con el apoyo de Aeroméxico; tenemos otros que estaban en una caminata en Machupichu, que afortunadamente también ya las pudimos ubicar y mover, movilizar”, ha añadido Ebrard. Un vuelo humanitario trasladó de Cuzco a Lima a 29 más. Y el canciller ha contado que los esfuerzos diplomáticos mexicanos han conseguido trasladar a ciudadanos de Bélgica, Canadá, Costa Rica, España, Estados Unidos, Francia, Países Bajos, Italia, Nueva Zelanda, Suiza, Chile e Israel.