En más de un año al frente del gobierno de México, Andrés Manuel López Obrador jamás ha realizado un viaje internacional, bajo el argumento de que “la mejor política exterior es la interior” por lo que dedicará todo su tiempo a atender los problemas de México.
Aunque el mandatario federal ha sido invitado a tomas de protesta de jefes de Estado, al aniversario por los 100 años de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a la Cumbre G 20, al Foro Económico de Davos entre otros eventos de talla internacional, ha rechazado todas las invitaciones, pero ha enviado al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Tampoco ha querido inmiscuirse en controversias que involucran a mandatarios extranjeros. Incluso, ha eludido responder a las agresiones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump y evadió totalmente el tema de la crisis en Venezuela, que derivó en la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente encargado de la nación sudamericana.
El argumento: que su gobierno respetaría la “doctrina Estrada” de no intervención en la política de otras naciones, para que ningún país quiera intervenir en México.
Sin embargo, cuando la oposición y el Ejército de Bolivia derrocaron a Evo Morales, López Obrador hizo a un lado su política de no intervención y mandó un avión de la fuerza aérea mexicana para rescatar al ex mandatario, al asegurar que estaba en peligro su vida, le dio asilo al igual que a algunos ex funcionarios y familiares de Morales. Días después, Evo abandonó el país de manera sorpresiva y por la puerta de atrás.
¿Cuál es la impresión que tienen en el extranjero del actual mandatario mexicano?
La prensa internacional ha hecho duros análisis de la actuación del político tabasqueño: ya sea por la situación de inseguridad por la que atraviesa México, la falta de crecimiento económico, las erróneas políticas públicas implementadas en su gobierno y sobre todo, por la tendencia de López Obrador a no reconocer sus errores, por lo que ha sido catalogado como autoritario.
Los prestigiosos diarios The Wall Street Journal y The Financial Times, cuestionaron la forma de que el presidente mexicano coaccionó a los empresarios para “comprometerse a comprar cachitos de la lotería” en el que se rifará el costo del avión presidencial, aeronave que estuvo guardada durante más de un año en un hangar de California para que fuera vendida, pero no hubo ningún comprador.
La columna del Wall Street Journal firmada por Mary Anastasia O’Grady, aseguró que con Andrés Manuel López Obrador, México avanza “hacia el régimen de un solo hombre” y usa el terror para doblegar a empresas y oponentes, siendo la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) es una pieza clave en la estrategia.
La periodista destacó que la cena en la que López Obrador comprometió a los empresarios a comprar millones de boletos “tiene un tufo de ilegalidad”, “huele mal” y hasta fue visto como un “acto descarado de extorsión” contra los empresarios porque el gobierno reparte concesiones y condona impuestos.
Por su parte, la reconocida revista médica The Lancet, criticó la desaparición del Seguro Popular para dar paso al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), creado por López Obrador con la promesa de atención y medicamento gratuitos a toda la población que carece de seguridad social, pero el cual no ha funcionado y ahora los hospitales públicos cobran tarifas altas a la población más pobre que carece de seguridad social .
En un extenso artículo firmado por David Agreen, recordó que desde su exitosa campaña presidencial, López Obrador prometió mejorar la atención médica en México, pero esto no ha sucedido y por el contrario, ahora las personas más vulnerables se han quedado sin Seguro Popular mientras que el Insabi sigue sin arrancar.
The Lancet también destacó la protesta de decenas de padres de familia por la falta de medicamentos para niños con cáncer, incluido el metotrexato, por lo que López Obrador culpó a los fabricantes.
La publicación médica resaltó que el titular del Insabi, Juan Antonio Ferrer carece de experiencia en el sector salud y tiene una carrera en arqueología, situación que se ha repetido con algunos otros funcionarios del gobierno lopezobradorista.
A finales de 2019, The Wall Street Journal y The Guardian criticaron duramente a la administración de Andrés Manuel López Obrador por los acontecimientos de violencia que han sacudido a México como la masacre de 13 policías en Aguililla, Michoacán, el fallido operativo para detener a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán en Culiacán, Sinaloa, así como la matanza de nueve integrantes de la familia México-estadounidense LeBarón en los límites entre Sonora y Chihuahua.
Es el caso de la prestigiada publicación británica The Guardian criticó que, a pesar de las promesas del presidente Andrés Manuel López Obrador, hay un escaso progreso en la lucha contra las drogas y los cárteles, cuya violencia ha dejado más de 30,000 homicidios desde el inicio de este sexenio.
Bajo el fuerte titular “¿Alguien puede poner fin a la guerra contra las drogas en México?“, The Guardian publicó varios reportajes en los que cuestionó la actual estrategia del gobierno mexicano.
Por su parte, el diario estadounidense The Wall Street Journal publicó un fuerte editorial, luego de darse a conocer la masacre de nueve integrantes de la familia LeBarón (ciudadanos méxico-estadounidenses) acribillados el 4 de noviembre de 2019 que dejó tres mujeres y seis niños muertos, por lo que no descartó “una operación de Estados Unidos en México”.
El mandatario mexicano prefirió no meterse y envió al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, a la Unión Americana a solucionar el problema.
La prensa internacional también ha puesto énfasis en las promesas de campaña de López Obrador de generar un crecimiento económico de 4% pero la realidad es que el país ha entrado una recesión económica.
Todos los análisis internacionales han sido refutados por el mandatario mexicano al asegurar que se equivocan y desconocen la realidad del país.
Los altibajos en la relación con Estados Unidos
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha enfrentado algunos altibajos en la relación con la administración de Donald Trump, principalmente por los temas migratorios, económicos y por la inseguridad.
Sin embargo, el gobierno mexicano ha solucionado los momentos de tensión como el ocurrido el año pasado por las caravanas migrantes que cruzan México con la intención de llegar a los Estados Unidos.
Ante el amago del presidente Trump, Marcelo Ebrard fue enviado a Washington a solucionar el conflicto. México se comprometió a frenar la llegada de migrantes a la frontera con los Estados Unidos y para ello se ha valido de los elementos de la Guardia Nacional, cuerpo creado originalmente para combatir al crimen organizado y no para labores migratorias.
La acción del gobierno mexicano fue evaluada por Washington y reconocida por Donald Trump.
Otro momento álgido en las relaciones entre ambos países fue el tema de los aranceles y las negociaciones para firmar el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Tras meses de negociaciones entre el equipo de la Secretaría de Economía y de la cancillería, México logró un acuerdo que dejó satisfecho a la unión americana.
Sin embargo, un tema que hasta la fecha no ha podido tener un buen acuerdo es el tema de la inseguridad que afecta a México. Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido una y otra vez que no cambiará su estrategia de “abrazos y no balazos”, ha tenido que ceder ante algunas peticiones de Washington.
La postura de AMLO frente a la crisis en Venezuela
El 23 de enero el diputado venezolano Juan Guaidó se proclamó “presidente encargado” del país y aunque en pocas horas obtuvo el respaldo de varias naciones como Estados Unidos, Canadá, Brasil o Argentina, no sucedió lo mismo con México.
El gobierno de López Obrador (de ideología izquierdista) dijo que reconocía al gobierno “democráticamente” electo de Venezuela. Además, junto con Uruguay, pidió “a todos los actores encontrar una solución pacífica y democrática” al problema
Aunque la decisión fue cuestionada tanto en México como en otras naciones dada la importancia del país en la región, López Obrador repitió una y otra vez que su gobierno reconocía al mandatario que había sido electo por los venezolanos, además de que reiteraba su política de “no intervención”.
Pese a las múltiples presiones y críticas, el gobierno mexicano ha mantenido su postura.
Al rescate de Evo
Después, comenzó una persecución. La oposición buscó a Morales para encarcelarlo, por lo que él se planteó salir del país. El gobierno mexicano fue uno de los primeros que le ofreció asilo al ex presidente, y él aceptó. Fue así como el 11 de noviembre de este 2019, el avión de la Sedena partió de suelo mexicano para traer a Morales.
México pasó un periplo para lograr rescatar al ex mandatario, cuya operación costó casi 2 millones de pesos mexicanos (unos 106.000 dólares), informó en su momento la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
La tripulación que viajaba a bordo de la aeronave Gulfstream, modelo G550 con matrícula XC-LOK y número de registro FAM3916, tuvo que recargar turbosina en los aeropuertos internacionales en Lima, Perú; Asunción, Paraguay; y Ciudad de México, luego de un recorrido de más de 12 horas. El monto total fue de un millón 395 mil 174 pesos.
Además, tuvieron que pagar servicios por aterrizar en las dos ciudades sudamericanas, lo que representó un gasto de 476 mil 522 millones de pesos. En total, la institución destinó un millón 871 mil 696 pesos en el apoyo brindado a Evo Morales, ex mandatario que dejó el país para trasladarse a Argentina el pasado 6 de diciembre.
Ante las múltiples voces que criticaron el operativo, López Obrador respondió: “yo dí la instrucción de ofrecer el asilo” ya que la vida del ex mandatario Boliviano “estaba en riesgo”. Sin embargo, la postura oficial de México en voz de su canciller Marcelo Ebrard fue que “la vida interna de Bolivia, que la decidan los bolivianos”.