Julio César Silva Cetina
Desdel el Palco
La oposición en Quintana Roo
Después de dos triunfos consecutivos, en las elecciones locales de 2013 y las federales de hace un mes, el PRI parece no tener ningún problema serio de cara al proceso electoral del próximo año, cuando se renueven la gubernatura, el Congreso y muy probablemente 11 ayuntamientos, en caso que Puerto Morelos sea erigido municipio a tiempo.
Sin embargo, los partidos de oposición siguen sin poder resolver sus problemas internos. Antes de intentar cualquier cosa que tenga que ver con las elecciones del próximo año, los panistas por ejemplo aún tienen que definir sus nuevos liderazgos nacionales y locales, lo que está previsto para mediados de agosto próximo.
En el PRD, que se complicó su existencia con los trabajos de renovación de su directiva en pleno proceso electoral 2015, todavía no saben qué les ocurrió el 7 de junio pasado, cuando de ser la segunda fuerza política en el estado, incluso la primera en Benito Juárez, terminó en la sexta posición superado por Morena que sin candidatos conocidos y probados tomó por asalto el lugar que tenían los perredistas.
De hecho, los perredistas creen que su descarrilamiento fue perpetrado en casa por la facción del ex alcalde Julián Ricalde Magaña que operó bajo las siglas de Morena. Por lo menos así lo denunció públicamente en una extensa carta el secretario general del PRD, Gerardo Mora Vallejo.
Son los costos del poder. El ejercicio de éste siempre causa estragos en las estructuras políticas con debilidad institucional y eso se reflejó en el PRD y, al igual que el PAN, paga las consecuencias de la falta de un liderazgo fuerte, de la ausencia de generosidad, de la ambición y de los intereses facciosos.
Todo ello contribuyó a la “balcanización” del voto de la izquierda y sus cuestionables resultados en la administración pública también alertaron a los votantes sobre las ofertas de cambio que no fueron para mejorar como debía ser, sino para empeorar.
Durante muchos años, cuando inició esa larga transición democrática mexicana, se planteó siempre que la alianza de todos los partidos políticos era necesaria para sacar al PRI del poder y así instalar gobiernos verdaderamente interesados en resolver los problemas de la sociedad.
Y así ocurrió en varias partes del país, así ocurrió en Cancún, pero el saldo no fue positivo, porque los verdaderos beneficiarios de ese cambio no fueron los ciudadanos, sino los dirigentes de los partidos políticos que defraudaron la confianza ciudadana y también las arcas públicas.
Sin el PAN, curado ya de espantos, el voto total de todas las fuerzas políticas de izquierda ya no es suficiente para vencer en las urnas al PRI, pero desde el PRD ya empiezan a lanzar llamados a Morena y a lo que queda de otros grupos de similares tendencias para establecer una nueva alianza de cara a las elecciones del próximo año.
Pero si el nuevo intento es solo para buscar el poder por el poder, sin un proyecto que beneficie a la población como ya ocurrió antes con los mismos líderes, con las mismas figuras ya reprobadas, el plan no tiene viabilidad en las urnas, aunque los primeros interesados, los partidos políticos, superen sus diferencias y las concreten.
Por lo que se ve, es probable que el verdadero rival del PRI y su aliado el Partido Verde no esté en los demás partidos políticos, sino en eventuales candidatos independientes, claro, siempre y cuando éstos sean genuinos.
Platea
¿Qué sabe el diputado Luis Ross Chalé que ayer dijo que él apoya al alcalde de Solidaridad, Mauricio Góngora Escalante, para que sea candidato del PRI a la gubernatura del estado?
Dijo que todos los demás aspirantes merecen sus respetos, pero él se inclina por el presidente municipal de Solidaridad.
Antes también manifestó su apoyo al mencionado munícipe el dirigente estatal de la CROC, el también diputado Martín de la Cruz, quien es considerado como el número dos dentro de esa central obrera a nivel nacional.
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