A los gobernantes de todos los niveles, los políticos y funcionarios públicos de altas esferas les regocija el sentirse intocables, poderosos y aún más se les llena el espíritu cuando al oír pronunciar su nombre escuchan aplausos.
Sin embargo cuando se trata de asumir la responsabilidad por un acto que en sus manos estaba la obligación de resolver, se incomodan porque sienten que esas CULPAS no las merecen, no son suyas.
Hoy en nuestro Quintana Roo vemos que la culpa de los hechos que aquejan y afectan la tranquilidad y el buen desarrollo social nadie las quiere asumir.
En los once municipios que conforman la entidad no hay bocas reales que asuman como propias la responsabilidad de lo que ha salido mal o se ha dejado de hacer, sencillamente le huyen darle la cara a la ciudadanía por no darles resultados.
Lo que ha acontecido en Quintana Roo recientemente es el claro ejemplo; rubros como seguridad pública, desarrollo social y política interna nadie quiere asumir su parte de compromiso y culpas de lo que no está funcionando, de las malas decisiones, pésimos acuerdos y diálogos. Está actitud los lleva a ser víctimas de la ignorancia de las redes sociales para ser severamente juzgados, en donde nuevamente se echan culpas y en su mayoría resultan ajenas.
Si los políticos asumieran el cometido de sus actos no serían señalados, sin embargo en el intento de salvar su imagen con frecuencia culminan en una demostración de insuficiencia personal que los sepulta inevitablemente en la culpabilidad.
En definitiva, los políticos son quienes más recurren a repartir las culpas con argumentos defensivos en su mayoría absurdos y burdos, denostando carecen de ideas y hasta falta de talento para elaborarlas.
En los últimos días es muy común escuchar calculadas estrategias para volcar su propia responsabilidad en lo que son unos de los tiempos más difíciles por los que atraviesa Quintana Roo.
Pero las instituciones son lo de menos, la culpa, la verdadera culpa es de los ciudadanos que eligen a quienes les gobiernan.
En el ojo del huracán
Hablando de culpas, que buena suerte la de Luis Torres Llanes, ya que como presidente municipal de Othón P. Blanco como no hace nada bueno tampoco hace nada malo.
Es decir, por citar algunos ejemplos las situaciones de inseguridad, desgracias y hasta incendios en Cancún o Playa del Carmen de inmediato la responsabilidad recae sobre Remberto Estrada Barba y Cristina Torres Gómez, presidentes municipales de Benito Juárez y Solidaridad respectivamente.
Pero en Chetumal la inseguridad, robos, crímenes, baches e ineficiencia en los servicios recae en la autoridad estatal, no al municipio ¿Acaso a Chetumal la maneja y controla el Estado y mucho menos se responsabiliza a Luis Torres Llanes que ni para las culpas funciona?
Sinceras condolencias
Enviamos nuestro más sentido pésame a la querida amiga Karla Blancas Pizaña por el lamentable fallecimiento de su esposo y también apreciado amigo Marco Aurelio Gutiérrez Vélez.
Nuestras condolencias a la familia Gutiérrez Vélez, a sus señores padres, hermanos y familiares en general por esta lamentable y dolorosa pérdida.
Elevamos una plegaria y que el Gran Arquitecto del Universo les de consuelo y resignación a Karla y al pequeño Marco. Abrazo de todo corazón.
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