Todos quietos.
Sí habrá renovación del PRI en Quintana Roo y otras entidades donde ese partido perdió la gubernatura, pero habrá que esperar un poco más.
Durante una reunión que sostuvo el martes pasado con los dirigentes estatales del PRI, el presidente nacional de ese partido Enrique Ochoa Reza pidió detener cualquier cambio en las dirigencias hasta nuevo aviso y, según sus propias palabras, la decisión es para evitar que los gobernadores salientes se apropien del partido.
Sin duda, la decisión desencantó en los cuatro puntos cardinales.
De ese modo, en Quintana Roo lo más probable es que el proceso inicie hasta octubre, luego de que se haya concretado el relevo en la gubernatura y en las presidencias municipales, lo que ocurrirá entre el 26 y 30 de septiembre.
Con o sin gobernador priista, en Quintana Roo el relevo en el PRI, que no cambio, no será un parto difícil, en primer lugar, porque prevalece el antagonismo que se creó en el proceso de selección del candidato a gobernador que, incluso, viene de más atrás. Se generó en 2013 cuando se designó abanderado a la presidencia municipal de Solidaridad, posición que disputaron hasta el final Mauricio Góngora Escalante y José Luis Toledo Medina.
El antagonismo se ahondó en la campaña electoral de este año, pues tras la polarización que hubo en el proceso de designación de candidato al gobierno del estado Mauricio Góngora no integró en los trabajos proselitistas a gente vinculada con Toledo Medina.
Así pues, la operación cicatriz todavía es un tema pendiente en el PRI de Quintana Roo. Un cambio en la dirigencia necesariamente tendría que pasar primero por esa aduana, por una reconciliación entre esas dos figuras, sobre todo si el liderazgo recae en cualquiera de ellos, pues ambos la quieren, los dos la buscan, se enfrentan por tercera vez.
Quizá por eso hay voces que abogan por una tercera vía, una que reconcilie a los grupos y piensan en el presidente municipal de Benito Juárez, Paul Carrillo de Cáceres, quien en medio del drama de la derrota de la gubernatura entregó cuentas positivas en su calidad de operador político.
En Cancún Mauricio Góngora ganó a pesar de que desde 1999 el PRI ha perdido en esta ciudad la elección de gobernador. También ganó Remberto Estrada Barba la presidencia municipal, siendo la primera vez desde que se estrenó la alternancia en 2002 que los priistas, ahora aliados con el Verde, ligan dos períodos consecutivos en esa posición.
Estrada Barba hizo su esfuerzo particular, pero sin duda su elección también fue una aprobación para la gestión de Carrillo de Cáceres.
Esas son las tres principales cartas para reestructurar el PRI en Quintana Roo. Paul Carrillo, José Luis Toledo y Mauricio Góngora. ¡Abran sus apuestas señores!
Platea
En una entrevista a un portal de noticias argentino, el ex presidente Vicente Fox Quesada aprovechó las intenciones presidenciales de Margarita Zavala para enderezar críticas en contra de quienes pretenden generar una especie de derechos monárquicos en la política, heredando el poder entre integrantes de su familia, como lo que se pretendía hacer en Cozumel.
“Vomito en cualquiera que mete a la familia en el negocio (de la política). Por eso, Calderón no me cae. Lo digo públicamente. Se equivoca en meter a su señora. Es gente que no abandona el poder. Que no puede regresar a disfrutar de una vida privada. Se les queda ese gusanito”.
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