La rifa del tigre

Paul Carrillo, Fredy Marrufo y Eduardo Espinosa recibieron ayer, como el resto de los candidatos ganadores, la constancia de mayoría que los acredita como presidentes municipales electos de Benito Juárez, Cozumel y Othón P. Blanco.

De los diez alcaldes que tomarán posesión el 30 de septiembre próximo, los tres son los que quizá se enfrentarán a contextos muy difíciles, pues no solamente tendrán ante sí el compromiso de cumplir con las promesas que ofertaron durante la campaña, sino que enfrentarán condiciones que implicará, antes de cualquier otra cosa, reordenar la estructura administrativa de esos municipios.

Tanto Benito Juárez, como Cozumel y Othón P. Blanco, van saliendo de gobiernos encabezados por personajes polémicos, involucrados en escándalos de todo tipo, con estilos que les provocaron problemas por los que no pudieron aterrizar sus programas de gobierno. El desorden fue el común denominador, la corrupción campeó en Cancún; el protagonismo extremo, casi narcisista, se paseó en Cozumel y las ausencias predominaron en Chetumal.

Carrillo encabezará el primer gobierno priista en seis años en Cancún. El próximo alcalde de Benito Juárez es el primer hijo de un fundador que accede a ese cargo y, si bien no es garantía de nada, su arraigo da confianza de que puede y debe hacer mejorar las cosas, porque sus intereses están en la ciudad que gobernará y no estará pensando en saquear el erario local para invertirlo en Chiapas o Guerrero, por ejemplo.

En Cozumel, la sobria personalidad y experiencia administrativa de Fredy Marrufo es una apuesta importante del PRI para retomar el rumbo en un municipio insular, que requiere un liderazgo fuerte que lo conduzca a nuevos escenarios de prosperidad.

La actividad económica de la isla de las golondrinas, altamente dependiente de los “cruceros”, merece una inyección de proyectos que reactiven el centro de la ciudad, que haga rentable a la hotelería y haga volver las aerolíneas que paulatinamente se han alejado por la falta de demanda de turistas por los atractivos de esta isla.

Othón P. Blanco le apostó a la experiencia de Eduardo Espinosa, quien por segunda ocasión será alcalde de la capital del estado, pero la expertís de “Abuxapqui” no será suficiente, si no se hace participar a la sociedad, sumida en una depresión que se refleja en la economía chetumaleña.

 Los tres se sacaron la rifa del tigre. ¿Podrán con el reto?

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