Nueve meses en el Senado y no destacaba más que por estar en el top ten de los legisladores faltistas. En todo ese tiempo no presentó iniciativa alguna. Luz María Beristaín Navarrete es una de las seis mujeres que tiene el PRD en el Senado. Alejandra Barrales y María de los Dolores Padierna Luna, las más conocidas, hasta ahora.
Ayer, luego de que se difundió profusamente en todos los medios de comunicación, los tradicionales y alternativos, la demostración de prepotencia que hizo ante una empleada de Viva Aerobús en el aeropuerto de Cancú/n, Luz María no sólo se hizo la legisladora mexicana más conocida, si no que también se convirtió en trending topic de las redes sociales.
Lejos de arrepentirse y de ofrecer disculpas, lanza amenazas contra la aerolínea y su empleada, que bien podría acudir ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos para pedir por lo menos una amonestación por el evidente abuso de poder de quien volvió a demostrar el ADN violento del PRD.
En el video se ve a una Luz María mentirosa, manipuladora, pero exhibe también su ignorancia, una que no debe tener una persona que presume de formar parte de “la tribuna más alta de este país”.
Justifica su llegada tardía porque “me quedé a una reunión en la que estamos gestionando recursos para este aeropuerto”, el de Cancún.
¿A poco ignora que la terminal aérea caribeña esta concesionada a una empresa, que cuenta con capital internacional?
Senadora de papel, reclamó un espacio que no se ha ganado legítimamente, el de representante popular.
Quintana Roo no merece ese tipo de representantes. Ninguna parte de México lo merece y por eso los políticos responsables deben darle a la sociedad las herramientas legales necesarias para deshacerse de ellos.