Julio César Silva Cetina
Desde el Palco
Las campañas, ¿tendederos de chismes?
“Calumnia que algo queda”, reza conocido refrán mexicano que fue seguido al pie de la letra por la gran mayoría de los candidatos a diputados federales, alcaldes y gobernadores a lo largo y ancho del país en el actual proceso electoral.
A diferencia de las elecciones anteriores, en las que por la experiencia del 2006 los partidos políticos buscaron acotar con la legislación electoral la llamada “guerra sucia”, para el proceso en marcha se permitió la rimbombantemente llamada “publicidad de contraste”, como la que emplean los supermercados en sus ofertas.
Solo que en el caso de los candidatos se encontraron con un problema: no había propuesta que comparar y por tanto la “publicidad de contraste” se convirtió en guerra de acusaciones, entre las que destacaron las hechas en las nueve entidades donde hay elección de gobernadores.
Con tal de hacerse el mayor daño posible, los partidos políticos investigaron a sus opositores hasta encontrar asuntos turbios cuya difusión sea importante.
Por eso, en el proceso electoral en curso las campañas no destacan por la calidad de las propuestas, sino por la difusión de ataques y acusaciones, que si bien no modifican la intención del voto ciudadano, sí trivializan la política y causan daño a actores y adversarios, a quienes incluso se busca debilitar.
Tal fueron los casos de los excesos del gobernador panista de Sonora, Guillermo Padrés, quien construyó en su rancho una presa que dejó sin agua a los campesinos de la región, o el lujoso reloj del líder nacional del PRI, César Camacho Quiroz; las acusaciones contra el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, a quien se le señala de invertir en paraísos fiscales los recursos que obtiene de presuntas extorsiones a proveedores de su administración, etc.
En Quintana Roo se llegaron a dar también campañas difíciles que, incluso, incluyeron ofensas y señalamientos graves que afectaron hasta a las familias de ciertos candidatos y aunque ahora ha habido moderación, sin duda los reflectores se lo llevan el seguimiento que el PRD ha dado a las presuntas irregularidades cometidas por el partido Verde con la distribución de despensas, que dirigentes de ese instituto político niegan y de kits escolares.
Sin esas investigaciones que llevan a cabo los diversos partidos políticos contra sus adversarios nunca sabríamos de esas presuntas irregularidades. Sin embargo, lo peor viene cuando nada de lo que se dice es verdad y sólo se trata de generar una mala imagen al adversario.
Eso es algo que la ley electoral debe contemplar, para que las campañas dejen de ser lo que son hoy: un tendedero de chismes entre todos los partidos.
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