“Las empresas deben responder a su responsabilidad social”: César de Anda

Pagar salarios que garanticen una vida digna a sus trabajadores y apoyarlos en el tema de la salud son dos acciones prioritarias que debe abordar un empresario socialmente responsable en México, afirmó el empresario César de Anda Molina al participar como expositor en la V edición de la Cátedra “Antonio Leaño” de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).

Dijo que los empresarios deben subsanar, en la medida de sus posibilidades, las fallas que impiden el desarrollo de un gran sector de la población. No todo se le puede exigir al Gobierno; las empresas son el vínculo que incorpora a los trabajadores y sus familias a una vida mejor.

De Anda Molina, productor y exportador agropecuario, egresado de la UAG y primer latinoamericano en presidir la Comisión Internacional del Huevo, actualmente es coordinador del Consejo Consultivo para la Innovación, Crecimiento y Desarrollo Sostenible (Coincydes), donde se toman decisiones para mantener la competitividad de Jalisco. El tema de su conferencia fue “Responsabilidad Cívica y Social del Empresario”.

Hizo una distinción entre la Responsabilidad Cívica y la Responsabilidad Social:

La primera tiene una importancia cada vez más notoria en nuestro país. Se refiere -dijo- al involucramiento de los ciudadanos en los problemas sociales; es la acción de la sociedad civil, la participación de los ciudadanos en diversas tareas que tienen impacto social, pero que no necesariamente atraen la atención de las autoridades, por ejemplo, construir o reparar banquetas o realizar determinadas actividades en favor de los adultos mayores. La sociedad civil promueve acciones de bienestar por su cuenta o con la participación coordinada de las autoridades municipales, estatales y federales.

Las universidades, dijo De Anda, tienen que jugar un rol importante en la promoción del compromiso cívico, el servicio espontáneo a la comunidad y el servicio social obligatorio, que no es remunerado, sino que tiene un propósito de bienestar social.

México es uno de los países que menos organismos cívicos tiene, por lo cual tenemos que impulsar el servicio a la sociedad y desde las universidades ser más propositivos, basados en ciencia, experiencia y observando las realidades.

Mencionó algunas iniciativas sociales que se tradujeron en exitosas acciones de gobierno, como la Vía Recreactiva de Guadalajara que inició en 2004, tomando experiencias de otros países y adaptándolas a la idiosincrasia mexicana.

La responsabilidad cívica también consiste en conocer el funcionamiento de organismos autónomos como el Banco de México, el INE, el Trife, etcétera; saber para qué sirven y defenderlos. Incluso, conocer los organismos internacionales como la Organización Mundial del Comercio, la OCDE, la Organización Mundial de la Salud, saber cómo funcionan y enviar iniciativas ciudadanas.

Todo lo anterior forma parte de la responsabilidad cívica, que también incluye la formación individual en la materia de Historia de nuestro país.

En cuanto a la responsabilidad social, dijo que ésta corresponde principalmente a los empresarios y va más allá de obtener un certificado.
También se refirió al apoyo que las empresas deben dar a sus trabajadores a través de programas de seguridad complementaria para la salud y abaratar los servicios médicos ante la saturación de los servicios públicos de salud.

Los datos económicos, como la existencia de 5.5 millones de unidades productivas, de las cuales el 90% son pymes que generan el 70% de empleos y producen más del 50% del PIB, además de las remesas y el T-MEC son una gran oportunidad para México y para estados como Jalisco.

A pregunta de uno de los asistentes, dijo que México debe buscar un modelo fiscal que promueva la filantropía y afirmó que el país tiene que encontrar un nuevo pacto social entre Gobierno y empresa.

Salir de la versión móvil