Las mejores mujeres están en el hogar, en el campo, en las fábricas, en las aulas, en la academia, pero no en la política. La perversión de nuestro sistema “democrático” ha impuesto la política de cuotas y de compadrazgos y queridazgos para encumbrar a muchas mujeres en los cargos de elección popular. Hay, como se sabe, mujeres valiosas, valiosísimas, en la administración pública de los tres niveles de gobierno, más no así en las diputaciones federales y en las senadurías.
Mañana se celebrarlo el Día Internacional de la Mujer, y hay que celebrarlo con alagarabía. Celebrar a las mujeres que con su esfuerzo han ascendido los peldaños de los cargos que tienen; celebrar a las mujeres que en los terrenos del arte y la cultura se afanan, muchas veces sin apoyo, para fortalecer nuestra identidad. Celebrar a las maestras que día a día difunden el alfabeto y el saber en las diversas trincheras de la educación; a las mujeres que trabajan por míseros salarios, a las mujeres amas de casa que se preocupan por inculcar valores en sus hijos; a las mujeres que defienden el medio ambiente y los espacikos públicos de sus ciudades; a las mujeres que estudian y a las que destacan en el deporte en cualquiera de sus ramas.
Hacen falta mujeres preparadas y comprometidas en los cargos de elección popular. Porque las mejores no están, hoy, en la política partidista. La perversión de la vida política, en cualquiera de sus signos, le ha cerrado las puertas de los cargos de elección popular a las mejores mujeres.
MAGALY ACHACH
Magaly Achach de Ayuso fue la primera mujer que ha llegado a la presidencia municipal de Cancín, municipio de Benito Juárez. Llegó por méritos propios. Obtuvo la candidatura de su partido mediante el método de consulta a las bases. La elección fue reñida pero obtuvo la victoria compitiendo con dos mujeres: Elba Capuchino, del PRD, y Mercedes Hernández, del PAN. Fue una elección histórica porque tres mujeres destacadas tuvieron la posibilidad de ocupar la presidencia municipal del municipio más importante en materi turística del país.
Cuando se decidió a participar en la contienda interna de su partido, Magaly se enfrentó a la resistencia de Joaquín Hendricks, entonces candidato al gobierno del estado, y de otros prohombres de la política.
La participación de la mujer en la vida pública del país no ha sido fácil. Tienen todavía que romper muchas trabas para llegar a los niveles que merecen.
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