A Carmela que hoy cumple 91 años
En 1979 cuando estudiaba biología en la UNAM cursando la materia de Botánica I hicimos el trabajo final semestral de investigación, una lista florística, un inventario de las algas acuáticas que viven en la presa del Rancho Santa Elena cerca de Huasca, Hidalgo en donde se encuentra la hacienda de San Miguel Regla donde solíamos vacacionar en familia.
Rancho Santa Elena había sido propiedad por tres generaciones de la familia Campuzano. En esa ocasión platiqué con Roberto, Ingeniero Agrícola que intentaba hacer productivo el Rancho que su padre había heredado de su abuelo.
En México hacer producir la tierra y que sea un buen negocio es una tarea imposible, me dijo en aquella ocasión. Los problemas los altos intereses de los créditos agrícolas, los precios de garantía de los productos agrícolas, los monopolios y la falta de riego, aunque en Santa Elena eso no era un problema debido a que en el Siglo XVII se construye una presa artesanal en el rancho, la presa de San Carlos para apoyar las actividades agrícolas de la región.
A partir de esa época Rancho Santa Elena ha andado un enorme trecho. Roberto cambió la agricultura, que la llevaba a cabo la siembra mediante parcelas agroforestales, al deporte y el ecoturismo lo que lo ha puesto en la mira de vivillos que aprovechando su influencia en la comunidad ejidal la moviliza con el fin de adueñarse de un proyecto muy exitoso y un bosque que llena su codicia.
El Rancho hoy día se ha convertido en ejemplo de conservación de la biodiversidad. Santa Elena contiene uno de los remanentes de bosque pino-encino mejor conservados del centro del país, con mayor biodiversidad aún que el Parque Nacional de El Chico, según un estudio reciente de la UNAM (S. Ramírez, A. Sánchez 2012).
A la fecha se tienen registrados, en el Rancho alrededor de 100 especies de aves (pájaros carpinteros, trogón mexicano, y otras muchas especies), 10 de anfibios y reptiles, 3 de peces, 11 de mamíferos (entre ellos la ardilla voladora) y más de 100 especies vegetales. Incluye también plantas y animales enlistadas como amenazadas o en riesgo en la NOM 059. Es sin duda un ecosistema que debe preservarse para beneficio de las futuras generaciones y la comunidad local.
Sus bosques son un importante pulmón regional en la Sierra de las Navajas (llamada así por ser productora de obsidiana, es común encontrar puntas de obsidiana en la región) y contribuyen a la captura de carbono para mitigar los efectos en esta era del Cambio Climático, CC. Son además de los principales captadores de agua de la región, como lo atestigua la presa. Y es esta y la madera, el fruto de la discordia.
Googleamos el ejido y Santa Elena e hicimos una comparación. En el ejido los bosques han sido deforestados para su aprovechamiento forestal:
Santa Elena era parte de la Hacienda de Hueyapan que fundó un pariente de Hernán Cortés, Pedro de Paz a finales del S. XVI. Un siglo después fue fraccionada, sus tierras fueron usadas por pequeños propietarios, se comenzó a explotar el mineral y el conde De Regla compra la hacienda. A finales del S. XIX José Landero adquiere la Hacienda y comienza el aprovechamiento forestal.
Los Campuzano siempre fueron muy respetuosos de los bosques y buscaron una manera alternativa de conservarlos. Así comenzaron a realizar campamentos con niños y jóvenes que derivaron en una serie de actividades de deporte de aventura como el kayak, tirolesa, rapel, escalada, caminata y la bicicleta de montaña. También hay clases de ecología y fotografía de naturaleza. Los usuarios califican a los guías de sumamente profesionales.
En sus terrenos se han realizado varias competencias internacionales, así como competencias nacionales de bicicleta de montaña, logrando la excelencia. Un miembro de la familia Campuzano Cecilia, Campeona Panamericana que fue después de nuestra atleta cozumeleña Demita Vega De Lille, de las primeras en calificarse a los próximos juegos olímpicos de Río de Janeiro.
“Me di cuenta que las personas creen más lo que se dice en internet que a la realidad, descubrí que tenía el poder de hacer creer a las personas casi cualquier cosa”. Quien esto dice es Andrés Sepúlveda un antiguo diseñador de páginas web que derivó en hacker cibernético y que fue llevado a prisión en su natal Colombia en 2012 y ahora habla para la revista Bloomerang Bussinesweek.
Sepúlveda desde una prisión de alta seguridad donde lo tienen aislado pues ha sido víctima de varios atentados contra su vida, confiesa al reportero Jordan Robertson haber manipulado durante 8 años las campañas electorales para la presidencia en varios países de Latinoamérica, Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Honduras, México (la de Peña Nieto, que la Presidencia de México y el mismo Videgaray negaron de inmediato) y Colombia trabajando para el asesor político JJ Rendón quien vive en Miami.
En efecto es un hecho que en cuanto la internet y las redes sociales se convirtieron en una fuerte herramienta de movilización social y producción de opinión pública, los políticos han intentado manipularlas, controlarlas y contenerlas por todos los medios.
Hemos escrito varias veces sobre la necesidad de acudir a fuentes confiables, prensa democrática, universidades, hospitales, organismos y organizaciones neutrales, etc. Lo que hacía Sepúlveda era hackear cuentas y correos de candidatos opositores, crear cuentas falsas y crear tendencias en las redes sociales utilizando seis equipos de hackers a los que cambiaba continuamente.
“Por 12 mil dólares al mes, un cliente contrataba a un equipo que podía hackear teléfonos inteligentes, falsificar y clonar sitios web y enviar correos electrónicos y mensajes de textos masivos. El paquete prémium, a un costo de 20 mil dólares mensuales, también incluía una amplia gama de intercepción digital, ataque, decodificación y defensa”, dice el artículo de Bloonerang.
“En México, el dominio técnico de Sepúlveda y la gran visión de una máquina política despiadada de Rendón confluyeron plenamente, impulsados por los vastos recursos del PRI. A Sepúlveda no le agradaba la idea de trabajar en México, un país peligroso para involucrarse en el ámbito público. Pero Rendón lo convenció para realizar viajes breves desde el 2008 y volando frecuentemente en su avión privado.
“El equipo de Sepúlveda instaló malware en enrutadores en el comando del candidato del PRD, lo que le permitió interceptar los teléfonos y computadoras de cualquier persona que utilizara la red, incluyendo al candidato. Realizó acciones similares contra Vázquez Mota del PAN. Cuando los equipos de los candidatos preparaban discursos políticos, Sepúlveda tenía acceso a la información tan pronto como los dedos de quien escribía el discurso tocaban el teclado. Sepúlveda tenía conocimiento de las futuras reuniones y programas de campaña antes que los propios miembros de cada equipo”, continua el artículo.
Un vocero del PRI dijo que el partido no tiene conocimiento alguno de que Rendón hubiese prestado servicios para la campaña de Peña Nieto o cualquier otra campaña del PRI. Rendón afirma que ha trabajado a nombre de candidatos del PRI en México durante 16 años, desde agosto de 2000 hasta la fecha.
Nos enteramos el 27 de marzo por medio de la página en Facebook y posteriormente en un artículo de radio fórmula que 100 turistas, la mayoría jóvenes y niños, entre ellos uno de 4 años y un anciano de 84) habían sido retenidos en Rancho Santa Elena al finalizar la Semana Santa y no permitían el paso a sus padres a recogerlos.
Tuvieron que salir en bicicletas por un camino empedrado rodeado de ejidatarios instigados por Francisco Mayoral candidato del PAN a la alcaldía de Santo Domingo del Agua Zarca y apoyados por la presidencia municipal de Huasca y al presidente estatal del PAN a en Hidalgo, Asael Hernández Cerón.
Por su parte los ejidatarios acusan a Roberto Campuzano de ser abusón, no dejarlos entrar en la propiedad (que es propiedad privada) y de apropiarse del agua con la excusa de la ecología.
Rancho Santa Elena ha dado empleo a las mujeres de los ejidatarios y eso es también parte del problema en una sociedad de organización eminentemente machista.
La excusa política es la construcción de un camino para acceso a la comunidad de El Arco, que vive del aprovechamiento de la madera que Rancho Santa Elena tiene en grandes cantidades y que además ya cuenta con un camino de acceso, solo que este pasa por el Rancho.
Basados en que la SEMARNAT declaró que no es materia de su competencia, a pesar de que el Rancho cuenta con un registro ante la misma secretaria como Unidad de Manejo Ambiental, UMA y que fomenta la investigación científica, es además un ¡terreno forestal! Se llevó el asunto a los tribunales agrarios en donde actualmente se ventila.
Pero basados en la declaración SEMARNAT y con un permiso de construcción por parte de ayuntamiento, el domingo en que salían los huéspedes participantes del Rancho decidieron construir una zanja para una “obra hidráulica”.
De inmediato se movilizaron las redes sociales para defender la integridad de Rancho Santa Elena. Se construyó una petición en Changue y en 5 días contaba con más de 5,500 firmas de apoyo dirigidas a SEMARNAT, al Gobierno del Estado en sus oficinas ambientales y de Desarrollo Territorial.
El trabajo de la Fundación de Ocean Futures Society de Jean Michel Cousteau cuyas oficinas dirijo en México ha probado que la movilización social a través de las redes sociales puede evitar los ecocidios. Ejemplos sobran: Cabo Pulmo, Sistema Arrecifal Veracruzano, Nevado de Toluca, Holbox, Dragon Mart, Parque Eólico en Cozumel, etc. Es por ello que los políticos le tienen miedo a este tipo de libertad social y de expresión. Por eso contratan hackers y asesores estilo Sepúlveda y JJ Rendón. Salvo su mejor opinión, querido lector. Mientras tanto defendamos Santa Elena.
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