Lindsay Lohan despertó una serie de rumores sobre su posible conversión al Islam durante el último fin de semana, informaron fuentes locales.
Los rumores comenzaron luego que la actriz de 30 años eliminó todas sus fotos de la red social Instagram y reemplazó su biografía por un saludo de paz en árabe, publica Ansa.
La página de la actriz, que alguna vez estuvo repleta de fotografías de ella en todo tipo de situaciones y vestimentas, ahora es una simple pizarra en blanco en la que se lee “Alaikum Salam”, que se traduce como “paz para tí”.
Al mismo tiempo, redes sociales vinculadas al Islam le dieron la bienvenida en las últimas horas a una nueva hermana, aunque no aclararon todavía su nombre. Sin embargo, muchos usuarios dan por descontado que se trata de la actriz de Mean Girls.
“Estoy tan feliz de que Lindsay Lohan haya encontrado al Islam; que Alá la guíe y la bendiga”, tuiteó una mujer. Otro usuario escribió en Twitter: “¿Escuché que Lindsay Lohan se convirtió al Islam? Si es verdad, alhamdulillah. Dios le ha mostrado el camino correcto para seguir ahora”.
Rumores
Una serie de rumores asegura que la actriz y cantante se ha estado acercando a la religión desde hace años, desde que fue vista por primera vez con un Corán mientras completaba servicio comunitario en Brooklyn.
Además, pasó las fiestas de fin de año en Medio Oriente y fue vista muy cercana a un hombre en Dubai. En octubre pasado viajó a Turquía para conocer a un grupo de niños refugiados sirios.
Lohan, que comenzó su carrera desde muy pequeña, haciendo modelaje infantil y comerciales para televisión, está trabajando actualmente en un proyecto para una adaptación de Mean Girls para trasformarlo en un Musical para Broadway, junto a su esposo, el compositor Jeff Richmond.
Tras un comienzo auspicioso de su carrera, con éxitos como The Parent Trap, para la compañía Disney, y con apenas 11 años, Confessions of a Teenage Drama Queen, Mean Girls y Herbie: Fully Loaded, la carrera de Lohan se vio interrumpida en 2007 por conducir dos veces bajo la influencia del alcohol.
La actriz fue encarcelada por 90 días en la prisión californiana para mujeres de Lynnwood, y recibió un tratamiento de rehabilitación de tres meses para adictos de alcohol y drogas. A raíz de todos esos problemas, sumados los escándalos en centros nocturnos, bares y hoteles, la actriz perdió varias ofertas para proyectos cinematográficos.