Una vez establecido por parte de la PGR y del Gobierno de Quintana Roo que las recientes acciones contra el exgobernador Roberto Borge Angulo derivaron específicamente de actuaciones de la Consejería Jurídica local sería sano y respetable dar su lugar a ciertos justicieros ciudadanos –el sustantivo compuesto “asociación civil” tiene ese cariz, precisamente: responde al interés de la ciudadanía, palabras con la misma raíz etimológica latina: civitas, o sea ciudad–, que no debieran ser confundidos con algún o algunos particulares con intereses muy propios, tan suyos como la cartera que guardan en la bolsa trasera del pantalón –¿me estás oyendo, Mimenza?, dijera Paquita la del Barrio.
No creemos que el gobierno de Carlos Joaquín González tenga interés alguno en menospreciar o negar la intensa labor de grupos ciudadanos como Somos Tus Ojos que encabeza la abogada, periodista y activista Fabiola Cortés Miranda, pues no sólo ahora, sino desde hace varios años sus investigaciones han sido un potente revulsivo social para la denuncia, el cambio político y ahora las acciones legales contra los gobiernos opacos –la colega seguramente ostenta el récord de solicitudes de información a los órganos de transparencia y vinculados del Estado–, corruptos, funcionarios felones y cómplices de toda laya.
A qué dudar: en la arena de la denuncia periodística y la praxis jurídica contra los malos gobiernos Fabiola lleva la mano, pero notamos en la semana precedente una campaña seguro originada en los propios señalados que busca dividir e incluso enfrentar a los movimientos que tratan de resarcir a los quintanarroenses por los quebrantos contra el tesoro público que le pertenece.
Cierto: la PGR aclaró que la querella que motivó sus medidas cautelares sobre bienes que Roberto Borge habría enajenado indebidamente de los haberes públicos estatales en beneficio propio y de sus cercanos había sido interpuesta por el gobierno estatal, pero no dudamos que por su propia naturaleza, desinteresada y libre de cuestionamientos por intereses ocultos, la denuncia ciudadana haya generado tanto interés en la opinión pública que acabó por motivar a las autoridades federales a tomar cartas en el asunto.
De muy mala leche, muy mala, sería confrontar a los ciudadanos indignados por lo que sienten que afrentó a su patrimonio colectivo con la autoridad constitucional que igual se convirtió en tal merced a sus promesas justicieras, que en los términos más encendidos de la campaña política del año pasado y en los no menos tórridos del arranque del gobierno no significan otra cosa del ofrecimiento de luchar a brazo partido por llevar a Borge y sus compinches a la cárcel.
Eso ofreció casi expresamente Carlos Joaquín, y la gente, indignada por los agravios de uno o dos sexenios, le creyó y lo entronizó, entre otras cosas debido al dedicado trabajo de gente como Cortés, quien no sólo puso vísceras y sudor, sino inteligencia y conocimientos en su propósito de obtener justicia para los quintanarroenses. Consejería Jurídica de Quintana Roo –encabeza Roxana Lilí Campos Miranda–, asociaciones civiles como Somos Tus Ojos, activistas de las calles y las redes sociales de internet, periodistas aguerridos, burócratas malqueridos del sexenio pasado –el actual tiene los suyos, ¡faltaba más!– y en general excluidos del multimillonario boom de uno de los destinos turísticos más prósperos del orbe, todos, quieren que alguno de los más o menos 190 países miembros de la Interpol agarren no sólo al exgobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa, sino también al otro “golden boy” del presidente Enrique Peña Nieto, Beto Borge.
En otras palabras: al gobernador trataron de calentarle la cabeza con la especie de que Somos Tus Ojos buscaba abrogarse el crédito por las acciones de la PGR, y a los activistas les tratan de vender la idea de que el gobierno quiere darles una patada en el trasero para quedarse con el aplauso. ¡Pero es que van por el mismo pez gordo!Lo Cortés no quita lo Fabiola, pues.
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