López Obrador presenta polémico Proyecto de Nación para el 2018

Andrés Manuel López Obrador, presidente nacional de Morena, presentó su Proyecto de Nación para el 2018. A continuación se destacan 12 de sus principales propuestas.

1.- Consulta para determinar si se mantienen o revierten las llamadas reformas estructurales (laboral, educativa, fiscal, energética, entre otras).

2.- Cambio total a la estrategia para atender el problema de la inseguridad y la violencia.

3.- No se aumentarán impuestos ni se seguirá endeudando al país.

4.- Se aumentará el devaluado salario mínimo. Habrá incrementos salariales a maestros, enfermeras, médicos, policías, soldados y otros servidores públicos; la pensión a adultos mayores se aumentará al doble en todo el país.

5.- Cambio sustancial en la relación bilateral con Estados Unidos. Priorizar una política de cooperación para el desarrollo y no de la cooperación policiaca y militar. No es con asistencia castrense, labores de inteligencia, envíos de helicópteros y armas, como se remediará el problema de la inseguridad y la violencia en nuestro país. Tampoco se detendrá el flujo migratorio con muros, redadas, deportaciones o medidas de militarización de la frontera.

6.- Autonomía e independencia de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Las autoridades electorales también tendrán absoluta independencia y se respetará la autonomía del Banco de México.

7.- Se eliminarán los fueros al Presidente y a los altos funcionarios públicos. Se propondrá una reforma al Artículo 108 de la Constitución para poder juzgar por corrupción al Presidente en funciones. El Presidente de la República se someterá al principio de la revocación del mandato. Al cumplirse dos años, se hará una consulta para que la gente decida si continúa o no en el cargo. Se cancelarán las pensiones millonarias a los expresidentes, no habrá servicio médico privado ni cajas de ahorro especiales, se venderá toda la flotilla gubernamental de aviones y helicópteros del gobierno.

8.- El próximo Presidente ganará la mitad de lo que percibe el actual y no gozará de ninguna prestación o canonjía; no viajará en aviones ni helicópteros privados, sino en aviones de línea comercial y por carretera.

9.- Por combate a la corrupción y plan de austeridad se ahorrarán alrededor de 500 mil millones de pesos.

10.- Se construirán refinerías, se fortalecerá la industria eléctrica y bajarán los precios de las gasolinas, el diésel, el gas y la energía eléctrica.

11.- No al nuevo aeropuerto. En su lugar, se construirán dos pistas en el aeropuerto militar de Santa Lucía y habrá trenes de pasajeros de gran velocidad de la Ciudad de México hacia la frontera con Estados Unidos.

12.- Se creará el programa “Jóvenes construyendo el Futuro”, que atenderá a dos millones 600 mil jóvenes, que actualmente no pueden estudiar o que no tienen empleo.

Discurso íntegro pronunciado por López Orador ayer domingo 20 de noviembre durante el II Congreso Nacional Extraordinario de Morena.

Amigas, amigos:

Es realmente una buena noticia que exista el Movimiento Regeneración Nacional, MORENA. Fue un acierto la decisión de seguir luchando con perseverancia para lograr la transformación del país. Gracias a ello, en estos momentos aciagos, difíciles, se cuenta con una organización social ciudadana y política que se ha venido convirtiendo en la gran esperanza.

La fuerza principal de MORENA radica en su autoridad moral. Es el único partido independiente de la mafia del poder y, por esa sencilla razón, es el instrumento más confiable y eficaz para enfrentar el principal problema de México: la corrupción política.

MORENA convoca a todos los mexicanos, mujeres y hombres, pobres y ricos, pobladores del campo y de la ciudad, religiosos o libres pensadores, a construir un acuerdo nacional para hacer de la honestidad una forma de vida y de gobierno.

Aun cuando antes de la elección de 2018 se presentará el nuevo proyecto alternativo de nación, que será elaborado con la participación de especialistas, adelanto que la propuesta se resume en gobernar con rectitud, desterrar la corrupción, abolir la impunidad, actuar con austeridad y destinar todo lo que se ahorre, a financiar el desarrollo del país.

Con esta nueva forma de hacer política se logrará el bienestar material y el bienestar del alma para la felicidad de todos.

La prosperidad del pueblo y el renacimiento de México se conseguirá, como decía el General Francisco J. Múgica, “de la simple moralidad y de algunas pequeñas reformas”.

En líneas generales explicamos y proponemos lo siguiente:

  1. No se logrará ningún cambio si los Poderes de la Unión y las instituciones públicas continúan al servicio de unos cuantos. Reitero mi idea esencial de que el Estado se encuentra secuestrado por una minoría y que esta es la causa principal del desastre nacional. En nuestro país existe una República aparente, simulada, falsa. Hay poderes constitucionales, pero, en los hechos, están confiscados por un grupo. Por eso lo primero que debemos hacer es recuperar democráticamente al Estado y convertirlo en el promotor del desarrollo político, económico y social del país.
  2. Vuelvo a decirlo: no todo el que tiene dinero es malvado, no estamos en contra de quienes con tenacidad y empeño invierten, generan empleos, obtienen ganancias lícitas y se comprometen con el desarrollo de México. Estamos en contra de aquellos que amasan grandes fortunas de la noche a la mañana, apoyados en la ilegalidad, el influyentismo y a la sombra del poder público. Estamos en contra de la riqueza mal habida, de la corrupción que ha dado al traste con todo y es la causa principal de la desigualdad social y económica.
  3. El nuevo gobierno democrático garantizará las libertades y cada quien podrá dedicarse a la actividad que más le satisfaga y convenga. Pero, obviamente, todos tendremos que ceñirnos a la nueva legalidad y a reglas claras; se podrá hacer negocios, pero no habrá influyentismo, corrupción ni impunidad; el presupuesto será realmente público; se dará preferencia a los pobres; se cuidarán los recursos naturales; la riqueza de la nación y los frutos del trabajo de los mexicanos se distribuirán con justicia; y nunca más se permitirá que los privilegios de pocos se sustenten en la opresión, la inseguridad y la miseria de millones de mexicanos.
  4. En lo específico, expongo la postura que mantendremos en cuanto a las llamadas reformas estructurales (laboral, educativa, fiscal, energética, entre otras). De entrada, confieso que soy partidario de revertirlas. Tengo suficientes razones para sostener que no benefician al pueblo, sino que lo perjudican. Sin embargo, no responderemos a una imposición con otra imposición. Por ello, se consultará a la gente si las reformas se mantienen o se cancelan y se respetará la decisión de la mayoría.
  5. Expreso, de igual manera, nuestra determinación de mantener una postura mesurada en política exterior, sin asumir posiciones protagónicas. La política exterior que proponemos se sustentará en la aplicación de una buena política interior, en la seriedad, en la cautela diplomática, en el apego a los principios de autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de las controversias, la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, la igualdad jurídica de los estados, la cooperación internacional para el desarrollo, la lucha por la paz, la defensa de los derechos humanos y la conservación del medio ambiente.

De manera concreta, nos comprometemos a brindar atención especial a la frontera sur, con miras a evitar el mal trato a los migrantes centroamericanos y garantizar el respeto de sus derechos humanos.

Asimismo, mantendremos relaciones de amistad y cooperación con los países de América Latina y el Caribe. A México le conviene acercarse aún más, y no sólo en lo económico, a naciones de África, Europa, Asia y Oceanía. Esta relación plural con los pueblos y gobiernos del mundo nos ofrecerá la posibilidad de diversificar nuestra política exterior, tanto en el comercio, como en la búsqueda de un orden internacional, más equitativo y justo, construido entre todos y en el que la globalización no sea sinónimo de hegemonía.

  1. Fincaremos la relación con el gobierno de Estados Unidos en el respeto y el beneficio mutuo. Por razones obvias, debemos aplicar una política de buena vecindad. En los últimos tiempos, la cooperación se ha enfocado más a temas de seguridad, sin atender las causas que han originado los problemas de violencia y la creciente migración de mexicanos a Estados Unidos.

Por eso consideramos que es el momento de proponer un cambio sustancial en la relación bilateral. Debemos convencer a las autoridades del país vecino de que, por el bien de las dos naciones, es más eficaz y más humano, aplicar una política de cooperación para el desarrollo, que dar prioridad, como sucede actualmente, a la cooperación policiaca y militar. Crear empleos en México es la alternativa.

Los problemas de índole económico y social no se resuelven con medidas coercitivas. No es con asistencia castrense, labores de inteligencia, envíos de helicópteros y armas, como se remediará el problema de la inseguridad y la violencia en nuestro país. Tampoco se detendrá el flujo migratorio con muros, redadas, deportaciones o medidas de militarización de la frontera. Los mexicanos que van a ganarse la vida a Estados Unidos lo hacen por necesidad, no por gusto. Lo arriesgan todo para tener un trabajo y mitigar su hambre y su pobreza. El ganarse la vida es uno de los principales derechos humanos. En cualquier circunstancia, aquí o allá, nuestro movimiento protegerá a nuestros paisanos migrantes.

  1. Habrá un auténtico Estado de Derecho. Será realidad la autonomía e independencia de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Impulsaremos un nuevo federalismo para definir con claridad las reglas de convivencia y cooperación entre el gobierno federal, los gobiernos estatales y el gobierno de la Ciudad de México.
  2. El nuevo gobierno garantizará el derecho a disentir a la libre manifestación de las ideas y seremos siempre respetuosos de las creencias religiosas. Estamos a favor del diálogo, de la tolerancia, de la diversidad y del respeto a los derechos humanos.
  3. Se establecerá una auténtica democracia. Nunca más una imposición; se dejará de usar el dinero del erario para comprar votos y lealtades; la propaganda gubernamental en medios de información no será tendenciosa ni demagógica; se acabarán las trampas y el fraude: las autoridades electorales tendrán absoluta independencia para proceder con estricto apego a la Constitución y a las leyes. En suma, nada ni nadie estará por encima de la voluntad soberana del pueblo.
  4. Ante la crisis de México, la honestidad es nuestra tabla de salvación. Vamos a convertir esta virtud en forma de vida y de gobierno. Nuestra propuesta es acabar con la corrupción, no solo reducirla, sino erradicarla por completo. De esta forma, no habría necesidad de aumentar impuestos ni de seguir endeudando al país que, dicho sea de paso, está más empeñado que nunca y ni siquiera se sabe. Cuando Felipe Calderón fue impuesto, la deuda pública era de 1.7 billones y la aumentó a 5.2 billones, más del 200 por ciento; Peña la elevó a 9.2 billones; tan solo para pagar intereses el año próximo se destinarán 600 mil millones de pesos del presupuesto público.
  5. Expreso en forma categórica que cuando triunfe nuestro movimiento no habrá impunidad. Se eliminarán los fueros al Presidente y a los altos funcionarios públicos. Se propondrá una reforma al Artículo 108 de la Constitución para poder juzgar por corrupción al presidente en funciones. El ejemplo de honestidad se dará desde el gobierno y habrá un sistema eficaz anticorrupción con participación ciudadana.

Asimismo, los delitos de esta índole serán considerados graves y sancionados por el Poder Judicial.

  1. El Presidente de la República se someterá al principio de la revocación del mandato. Al cumplirse dos años, se hará una consulta para que la gente decida si continúa o no en su cargo. El pueblo es soberano: así como otorga un mandato, puede retirarlo. El pueblo pone y el pueblo quita.
  2. Junto al combate a la corrupción aplicaremos una política de austeridad republicana; al pueblo le costará menos mantener al gobierno; es decir, se reducirá el gasto corriente. Bajarán los sueldos de los altos funcionarios públicos. Se cancelarán las pensiones millonarias a los expresidentes, no habrá servicio médico privado ni cajas de ahorro especial, se venderá toda la flotilla gubernamental de aviones y helicópteros del gobierno. En pocas palabras, se terminarán los privilegios.
  3. El próximo presidente ganará la mitad de lo que percibe el actual y no gozará de ninguna otra prestación o canonjía; no viajará en aviones ni helicópteros privados, sino en aviones de línea comercial y por carretera. El Estado Mayor dejará de formar parte de la Presidencia y se incorporará por completo a la Secretaria de la Defensa Nacional.
  4. Se mantendrán equilibrios macroeconómicos, se respetará la autonomía del Banco de México y se promoverá la inversión privada nacional y extranjera. Nuestra propuesta consiste en aplicar una política de cero endeudamiento y baja inflación, aparejada a una estrategia de crecimiento para promover la creación de empleos y el bienestar. El desarrollo no sólo depende de una eficaz política monetaria, de control de la inflación y de disciplina fiscal, también es indispensable el crecimiento económico para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la gente.
  5. Estoy convencido de que así como abolir la corrupción significará toda una revolución social pacífica, la austeridad republicana se convertirá en ejemplo de rectitud, moralidad y en la principal fuente para financiar el desarrollo. Según nuestros cálculos, podremos ahorrar, por el combate a la corrupción y el plan de austeridad, alrededor de 500 mil millones de pesos.
  6. La convergencia de la inversión pública y privada se llevará a cabo, fundamentalmente, a partir de estrategias de desarrollo regional. Desde hace mucho tiempo están bien estudiadas y definidas las distintas regiones del país y, con un enfoque de desarrollo sustentable, se van a elaborar programas integrados para aprovechar los recursos naturales, la tecnología y la inversión pública y privada, siempre con la participación activa y concertada del sector social y de los agentes económicos de las propias regiones.

Aquí menciono que será prioritario para el nuevo gobierno el desarrollo del sureste del país, que padece desde hace siglos la paradoja de ser la región con más riquezas naturales (petróleo, gas, agua, biodiversidad, patrimonio cultural, potencial turístico), pero su población vive en la pobreza por una inadecuada distribución del ingreso nacional.

  1. En el terreno de lo programático, actuaremos con el mayor realismo político. Nada de ocurrencias o engaños; habrá claridad de propósitos, estrategias bien definidas, prioridades y metas de corto, mediano y largo plazo. Un gobierno debe convocar a la esperanza, pero sin caer en falsas promesas, porque perdería autoridad moral y terminaría enredado en su propia demagogia.
  2. Se rescatará al campo por su importancia social, ambiental y cultural, y se logrará la autosuficiencia alimentaria. Se apoyará a los productores nacionales con subsidios y créditos para alcanzar la soberanía alimentaria y dejar de comprar en el extranjero lo que consumimos.

Con ello se arraigará a la gente en sus comunidades y se generarán empleos rurales que ayuden a contener la migración. Además, no olvidemos que en el campo no solo se producen alimentos y existen recursos ambientales indispensables, sino que también se desarrolla una forma de vida sana, con valores morales y espirituales. Regresar al campo significa fortalecer una identidad cultural de la más alta calidad humana.

  1. Vamos a preservar la gran diversidad biológica y cultural de México. Impulsaremos prácticas agroecológicas que aumenten la productividad sin dañar a la naturaleza. No se permitirá la introducción y el uso de semillas transgénicas. Cuidaremos nuestra reserva de recursos bióticos. Se respetarán y apoyarán las prácticas económicas autogestivas tradicionales e innovadoras habituales entre indígenas y campesinos.
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