Ciudad de México, 29 de abril.- El Director General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Luis Antonio Ramírez Pineda, exhortó a los 30.7 millones de jóvenes mexicanos de entre 15 y 29 años, especialmente estudiantes de educación media y superior, a no correr riesgos y evitar el contagio de la pandemia COVID-19; a actuar de manera solidaria y responsable quedándose en casa, evitando toda movilidad innecesaria en calles y lugares públicos para proteger a sus familiares, a la sociedad y al Sector Salud que está directamente en la primera línea de contacto por salvaguardar muchas vidas humanas en todo el país.
La infectóloga pediatra y Directora de la Clínica de Especialidades “Churubusco”, Jetzamin Gutiérrez Muñoz, aclaró que si bien la población infantil con cobertura de vacunación completa y jóvenes sanos están en una etapa de la vida en que “su sistema inmunológico y sus defensas cursan por el mejor momento” y estadísticamente tienen menor riesgo de contraer el Coronavirus emergente, no son inmunes a esta enfermedad.
“Todos somos susceptibles en menor o mayor porcentaje” a contraer el COVID-19, como ya está documentado en el mundo y lo ha señalado la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay varios fallecimientos en este grupo de edad atribuidos a la pandemia, por lo que es falso considerar que por ser joven se está libre de riesgo de contagio o muerte”, enfatizó la especialista.
Agregó que un alto porcentaje de los casos por COVID-19 son asintomáticos, eso es lo peligroso de esta enfermedad, ya que algunos individuos se expusieron al Coronavirus sin saberlo, no tienen ningún síntoma, pero están haciendo viremia, es decir, invasión del virus en la sangre, y podrían diseminarla, de ahí que sea tan importante atender el llamado de “Quédate en casa”.
Ante esta situación, Gutiérrez Muñoz reiteró a los jóvenes mexicanos la importancia de quedarse en casa, aplicar las medidas de higiene y sana distancia; al hacerlo no solo evitan un riesgo personal contra su salud, contribuyen a no propagar el COVID-19 a sus familiares y generan la protección y bienestar colectivo, porque las pérdidas humanas no se recuperan.