Cancún, 23 de diciembre (InZoom.mx).– Luego de cuatro años y medio de búsqueda, de interminables trámites, de protestas y caminatas por toda la ciudad y la zona hotelera de Cancún, María Patrón finalmente encontró a su hija Francisca Mariner Flores Patrón.
La desgarradora historia culminó con una inesperada noticia: el cuerpo de su hija permaneció todo este tiempo en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) de Cancún, sin ser identificado.
Hace unos meses, ante la pregunta de personal de la Fiscalía General del Estado (FGE), que, al verla en cada marcha, cada protesta, le preguntó si no tenía nada qué hacer, ella respondió: Señores, sí tengo qué hacer, pero aquí estoy por el amor a mi hija. Anoche estaba mal de salud, pero esta madre no se rendirá, aquí seguirá hasta tener una respuesta.
Esta lucha no es solamente para mí es para ir abriendo camino, para que los que van iniciando este caminar no esperen un proceso de más de 3 años, como me pasó, es para que tengan atención inmediata y encuentren a su familiar rápido, como tiene que ser.
Francisca Mariner por fin regresó a su modesto hogar con piso de tierra, invadido por el aroma de flores frescas y la tristeza de quienes la amaron. Hoy, finalmente, descansa en paz, pero también descansa su madre, María, quien nunca perdió la fe en que la encontraría y nunca imaginó que ella estaba en calidad de desconocida en el Semefo de esta ciudad
Esta madre buscadora observa el ataúd de madera que ahora guarda los restos de Francisca es sencillo, pero amigos, vecinos y familiares lo han cubierto con flores. En silencio, colocan flores sobre la caja, velas encendidas que iluminan el dolor de una familia rota, pero también la fuerza de una madre que nunca dejó de buscar.
Francisca deja atrás también a un hijo, quien juega inocentemente entre los dolientes, sin comprender del todo la magnitud de lo que ocurre, tenía tan sólo unos meses cuando su madre desapareció.