La condena del rapero Pablo Hasél se extiende a 5 años y tres meses de cárcel, por los disturbios del 25 de marzo de 2018 durante la detención de Carles Puigdemont, ha anunciado la Fiscalía este 1 de marzo.
Las autoridades lo han acusado de formar parte del grupo que incitó al ataque contra los Mossos d’Esquadra que resguardaban el edificio de Gobierno hace casi 3 años.
La intención de este grupo era desbaratar el operativo de protección y “acceder al edificio”, afirma la Fiscalía.
“Previo acuerdo con otras personas, los acusados empujaron a las líneas policiales hacia el edificio, gritando e incitando al resto de los 3 mil manifestantes que al menos allí se encontraban a hacerlo”, destaca la Fiscalía.
Además, la Fiscalía pide una sanción de 3 mil 600 euros de multa para indemnizar a la Institución, a la Consejería de Interior y los agentes afectados y heridos durante la trifulca.
La nueva condena contra Pablo Hasél podría avivar aún más la ola de protestas de quienes exigen su liberación.
Las protestas comenzaron el 16 de febrero por el encarcelamiento del rapero, condenado a nueve meses de prisión por enaltecimiento del terrorismo.
Las peores protestas tuvieron lugar en la capital catalana, donde se produjeron disturbios prácticamente todas las noches desde hace dos semanas.
En tweets y canciones, el músico, con otros antecedentes penales, trató de “mafioso” al rey emérito Juan Carlos I, elogió a personas implicadas en atentados y acusó a la policía de matar y torturar a migrantes y manifestantes.
Para muchos de los manifestantes, el caso de Hasél representa lo que consideran una dura reacción por un estado cuya misma estructura necesita una profunda reforma.
La condena y arresto de Pablo Hasél ha abierto un debate sobre la libertad de expresión en España. En Cataluña se han arrestado casi 140 personas por los disturbios.