Verse y sentirse en plenitud física no es solo un axioma de la cultura griega. Ni un ideal casi inalcanzable de nutriólogos y entrenadores de gimnasio. Es una posibilidad real gracias a la medicina genómica, una rama de la medicina especializada que ofrece procedimientos terapéuticos para la renovación, salud, belleza y rejuvenecimiento interno y externo para cada paciente a partir de la información contenida en el ADN. La disciplina, que se vale de la nutrigenómica (el estudio de los componentes de una dieta y su reacción química a nivel celular), permite guiar la toma de decisiones basadas en las características de cada genoma. El objetivo final de la medicina genómica es el bienestar físico, externo e interno, de cada paciente. Su método, por tanto, es perfectamente aplicable al deporte de alto rendimiento para optimizar los resultados de cada atleta y extender su potencial físico más allá de su trayectoria.
La Dra. Marimar Guerra es pionera y una de las principales impulsoras de la medicina genómica en México. Fundadora y directora médica de MEDAE Life Science, la primera y única clínica en el país abocada a dicha especialidad, explica los beneficios. “Sirve para establecer los riesgos que tienen los pacientes para padecer enfermedades, lesiones, el tipo de alimentación que debe tomar, el tipo de fármacos que puede o no procesar. Es una herramienta que nos permite hacer trajes a la medida de manera muy personalizada y certera para cualquier paciente”, explica en entrevista con AS. Cuántos carbohidratos, cuántas proteínas y cuántas grasas necesita el paciente desde que nace; hallazgos posibles gracias a la medicina genómica.
La medicina genómica puede combinarse con otro tipo de disciplinas, como la medicina funcional, la medicina de alimentación, la medicina del deporte, la fisioterapia, para establecer planes de desarrollo y bienestar físico. El deporte de alto rendimiento puede encontrar notables dividendos de la medicina genómica, no solo para potenciar marcas, sino para sobrellevar la carga a la que el cuerpo se somete. Para ello, el análisis es personalizado. Cada cuerpo, en tanto un ADN distinto, conlleva un plan específico. “No es lo mismo un deportista de alto rendimiento, un triatleta que esté en preparación, a un boxeador que está deshidratado en pleno combate, o en recuperación. La medicina genómica nos dice si nuestro paciente tiene fibras cortas o largas; eso se puede saber desde el nacimiento y reduce el riesgo de lesiones”, desarrolla la Dra. Guerra.
“Lo primero que hay que hacer es una prueba para saber quién eres, no importa qué deporte haces, solo quiero saber cuáles son las debilidades y las fortalezas del paciente. Voy a usar tres herramientas: la medicina genómica, con respecto a la prevención; después haremos un estudio de nutrigenómica; y la farmacogenómica, que nos dice los suplementos de base, más las tasas de preparación. No es lo mismo la suplementación de un paciente en una fase activa de fondista a la recuperación después de la competencia. Evaluamos cuánto necesita de ácido fólico, cuánto necesita de ‘x’ vitaminas”, diserta la Dra. Guerra sobre el proceso para esquematizar una estrategia a favor de un deportista de alto rendimiento. La diferencia entre un resultado deseado, o un segundo por detrás del ganador, puede ser un mineral, una vitamina que desate una reacción química necesaria para que el cuerpo explote su máximo rendimiento. “Nos ayuda a optimizar (…) El plan tiene que ir en conjunto con medicina funcional, médicos internistas, médicos de rehabilitación; es un engrane que lleva no solo a la salud del cuerpo, lleva al paciente a un alto rendimiento. No podemos romper su equilibrio. Hay que llevarlo con mucho cuidado”, matiza la especialista.
La planificación también está enfocada en que el cuerpo del deportista llegue en buen estado al final de su trayectoria. “Tenemos que entender que un atleta de alto rendimiento está consumiendo sus cartuchos mucho más rápido que un paciente que hace sus 150 minutos de ‘cardio’. Los atletas pretenden tener una vida saludable, pero están llevando su cuerpo al límite todo el tiempo y eso cobra una factura”, detalla la Dra. Guerra. “El plan tiene que mirar hacia la calidad de vida. Que logres llegar a la tercera edad sin lesiones que no te permitan andar. Que hayas logrado la plenitud profesional como atleta y, al mismo tiempo, recuperar por completo lo que tu cuerpo te ha dado. Eso solo se hace con medicina de prevención”, añade.
La medicina genómica en México
Hoy en día, MEDAE colabora con la prestigiada Clínica Mayo (Minnesota) y brinda sus servicios al público en general, atletas incluidos. “Los deportistas de alto rendimiento ya tienen a su entrenador y preparador físico. Lo que hacemos es acercarnos a ellos, brindarles la información y orientarlos a cómo pueden utilizarla”, afirma Guerra. Sin embargo, el desarrollo de la medicina genómica en el país aún está en ciernes. No en la disposición de la tecnología y los métodos, sino en la accesibilidad y la difusión. La medicina genómica como camino al óptimo bienestar físico debería estar al alcance de las instituciones públicas. “Vamos años atrás (…) Nos falta tanto en inversión como en base de datos. Falta difusión, inversión en sector público. Ha ido tomando auge y aporta información que se usa para todo”, concluye la Dra. Guerra.