Para los ex negociadores del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TCLAN) es preferible terminar con el acuerdo que tener una mala renegociación.
En entrevista con EL UNIVERSAL, los padres del TLCAN coinciden en que no es deseable tener una guerra comercial en la que unos a otros se pongan aranceles o impuestos a los productos que intercambian entre sí, porque sólo van a generar incertidumbre en ambos mercados.
Carla Hills, representante comercial de Estados Unidos de 1989 a 1993, explica que México, Estados Unidos y Canadá deben mantenerse como bloque en las negociaciones.
Asegura que destruir el TLCAN no tiene sentido, porque para Estados Unidos la relación con México es extremadamente importante en términos económicos y de seguridad.
En vez de enfocarse en la construcción del muro lo que debe hacerse es fortalecer la colaboración para reducir la violencia, luchar contra el terrorismo y trabajar por la integración de la región de América del Norte, dice.
El ex director de la Coordinadora de Organismos Empresariales de Comercio Exterior Guillermo Güémez, menciona que si en la renegociación la propuesta de Estados Unidos es peor a no tener tratado es mejor no tener acuerdo alguno.
Quien fuera parte del equipo negociador del sector privado comenta que más que presionar o dejarse presionar lo que se debe buscar es llegar a un arreglo donde todos ganen.
Luis de la Calle, quien fue ministro de Asuntos Comerciales en la embajada de México en Washington en la negociación del TLCAN, afirma que el país puede defenderse contra cualquier práctica desleal. “México debe seguir como una economía abierta, independientemente de lo que haga EU”.
El subjefe del equipo negociador del gobierno mexicano, Jaime Zabludovsky, asegura que una de las señales que nuestro país debe enviarle al mundo es que cuenta con otros socios con los que también puede tener intercambio comercial.