Un nuevo estudio descubrió que la melatonina pulmonar puede ser un protector natural contra el SARS-CoV-2, ya que esta hormona tiene la capacidad de bloquear el acceso del virus a los distintos puntos de entrada del cuerpo humano. De este modo, el patógeno permanece suspendido en el tracto respiratorio por un par de días, sin conseguir una infección satisfactoria, por lo que se marcha en búsqueda de encontrar otro huésped.
Investigadores de la Universidad de São Paulo (USP) en Brasil analizaron 455 genes humanos que, de acuerdo a un estudio previo de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas (FCF), interactúan con el SARS-CoV-2. De estos, seleccionaron 212 que estaban involucrados en la entrada del virus al cuerpo, algunos de ellos fueron los macrófagos, los alvéolos pulmonares y las células epiteliales. Para lograrlo, los especialistas recurrieron a un método de secuenciación de ARN, que les ayudó a cuantificar el nivel de expresión de los productos génicos.
Los resultados, publicados en “Melatonin Research”, demostraron que los macrófagos, localizados en el área pulmonar que contiene aire, absorben las partículas contaminadas provenientes del SARS-CoV-2. Estos son (los macrófagos) un tipo de glóbulos blancos que interviene en la defensa del organismo contra agentes infecciosos.
Regina Pekelmann Markus, profesora del Instituto de Biociencias (IB) y autora principal del proyecto, explicó que el estímulo agresivo, inducido por los macrófagos, propició la producción de melatonina y otras moléculas, envolviendo los aerosoles contaminados que fueron respirados. Posteriormente, los investigadores fueron capaces de estimular la formación de mucosas y tos que ayudaron a expulsar las partículas del tracto respiratorio.
Fue así que los especialistas se percataron que la melatonina, producida en los pulmones, alteraba los puntos de entrada de material particulado de la contaminación del aire. Para cerciorarse de dicho hallazgo, bloquearon además, la síntesis de melatonina, observando que las partículas ingresaban al torrente sanguíneo y se propagaban por todo el organismo, incluido el cerebro.
Helder Nakaya , profesor de la USP y coautor del estudio expresó que este descubrimiento ayudará a comprender el motivo por el que algunas personas son asintomáticas o manifiestan molestias mínimas, así como aquellas que dan positivo a las pruebas diagnosticas y sin embargo, parecen no haberse enfermado, pues al parecer es un efecto de la actividad de la melatonina.
“Demostramos que la melatonina producida en el pulmón actúa como una barrera contra el SARS-CoV-2, evitando que el virus ingrese al epitelio, activando el sistema inmunológico y desencadenando la producción de anticuerpos”, detalló Pekelmann Markus. “Este mecanismo de acción de la melatonina pulmonar también debe involucrar a otros virus respiratorios como la influenza”, agregó.
La cronofarmacóloga ha estudiado la melatonina desde la década de 1990. Esta hormona, conocida principalmente por regular el ciclo sueño-vigilia, tiene diversas funciones en el cuerpo humano. La más común de ella, produce la gandula pineal por la noche para indicarle al cerebro que se ha ido la luz del día y que debe prepararse para dormir. Sin embargo, puede producirse en otros órganos, como los pulmones.
Su funcionalidad es tal, que los investigadores aseguraron que la melatonina ofrece la posibilidad de ser administrada vía nasal, en gotas o en aerosol, para prevenir el desarrollo de enfermedades en pacientes presintomáticos. “La aplicación de melatonina directamente en los pulmones podría bloquear el virus. Sin embargo, se requiere más investigación para demostrar que este es el caso” puntualizaron. Además, los expertos consideraron que su uso contribuiría también como un biomarcador de pronóstico para detectar portadores asintomáticos del Covid-19.