Los científicos indican que aún hay muchas cosas que desconocemos acerca de nuestro planeta. Y, un estudio publicado el pasado miércoles 31 de marzo, ayudó a descubrir un suceso sorprendente: un meteorito explotó sobre el cielo de la Antártida hace miles de años.
El artículo de investigación, divulgado por la revista Science Advances, indica el hallazgo de un conjunto de partículas, desenterradas de la cima de una montaña en la Antártida y con lo que se prueba que un bólido de 90 metros de ancho estalló en el aire hace unos 430 mil años. Se determinó que su densidad fue insuficiente para formar un cráter en la superficie de la Tierra, aunque la detonación sí liberó un chorro de material derretido y vaporizado.
Como lo explica National Geographic, se estima que este tipo de colisiones ocurren con más frecuencia que la caída de asteroides e incluso, pueden ser más peligrosas. Sin embargo, descubrirlo resulta más difícil, debido a que dejan pocos rastros en el registro geológico.
El estudio, liderado por Matthias van Ginneken, geólogo especializado en geoquímica y mineralogía de los meteoritos, explica que en esta ocasión, el hallazgo se dio gracias a las esférulas de condensación que prevalecieron en lo alto del monte Walnumfjellet, así como en las montañas Sør Rondane.
Los científicos analizaron las partículas a través de técnicas de microscopía y láser, con lo que revelaron que están compuestas, principalmente, de dos minerales: olivino y espinela de hierro.
Este hallazgo puede ayudar a los expertos no sólo a saber más sobre los impactos de meteoritos que impactaron al planeta en el pasado, también a prepararse a los venideros, que podrían tener consecuencias importantes si se presentan en lugares con una gran densidad poblacional.
Para dar una idea del peligro que representa, Ginneken, el líder del artículo, describe la magnitud del evento como “una enorme nube de gas supercaliente alcanzando la superficie de la Tierra a una velocidad extremadamente endiablada y capaz de convertir en vapor al instante una gran superficie de hielo”.
Por ende, resulta fundamental identificar con precisión las explosiones de meteoritos en la atmósfera de la Tierra.