Por Samuel Cervera / México convertido en una potencia económica al finalizar el siglo XXI, estoy seguro que si hiciéramos una encuesta ahora sobre esta idea, más del 90% de los mexicanos mayores de edad la considerarían un absurdo, pero eso es precisamente lo que piensan académicos norteamericanos reconocidos que inclusive son asesores del gobierno de su país.
Uno de ellos es el politólogo George Friedman fundador y director de Stratfor, empresa de asesoría en geopolítica y autor del libro “los siguientes 100 años”, entre otros. En ese texto Friedman analiza el actual escenario global en términos económicos y políticos llegando a la sorprendente conclusión de que a principios del siglo XXII las naciones que van a rivalizar o superar a Estados Unidos solo podrían ser Polonia, Turquía y México. Posición geográfica, índices de población, situación económica actual y ejemplos históricos, son las categorías usadas por el autor para este diagnóstico. Con argumentos sólidos le resta posibilidades a los países que actualmente están despuntando, Brasil, Rusia, India y China. Por ejemplo de este último dice que si bien es cierto que es la economía con mayor crecimiento el día de hoy, arrastra a un porcentaje de pobres mayor que el de México y que difícilmente superara esa condición en cien años, predicción que confirman los mismos chinos.
El futuro optimista sobre México lo sustenta en la edad y número de sus habitantes, recursos naturales y sobretodo en su situación geográfica privilegiada. Con una visión de largo plazo, Friedman analiza como todas las potencias duraderas de los últimos 5 siglos tuvieron acceso al mar, pero solo una a los océanos pacífico y atlántico, Estados Unidos, lo que le ha dado una alcance comercial mayor que la de sus predecesores. Solo dos países en el mundo le pueden competir en ese sentido: Canadá y México. Nuestro país con mejor clima, más población, mayor cercanía con América Latina, migrantes que regresan con conocimiento laboral y técnico, que influyen cada vez más en la cultura y política norteamericana, todo esto aumenta nuestras posibilidades sobre los canadienses.
Si estos argumentos son pocos, otros analistas estadounidenses le añaden a nuestro país una ventaja adicional en el futuro: que los enormes recursos económicos generados por el narcotráfico hoy en día, se inviertieran en negocios legales posteriormente. Lo que sucedió en Estados Unidos a partir de los años setenta del siglo XX, cuando muchos hijos de mafiosos de origen italiano prefirieron ser inversionistas en lugar de seguir el camino de sus padres y abuelos.
Estas visiones optimistas de nuestro destino a finales de este siglo, contrastan drásticamente con la opinión que los mexicanos tenemos de la realidad actual y de nuestro futuro inmediato, tenemos una crisis de esperanza, predomina el pesimismo. ¿Por qué México teniendo estas ventajas parece que no podemos aprovecharlas?
En donde coinciden académicos norteamericanos con mexicanos, es que no avanzamos por la falta de fortaleza de las instituciones, tales como la democracia y el estado de derecho. Impunidad, partidocracia, corporativismo, clientelismo, corrupción, ausencia de la rendición de cuentas, son los lastres que restan legitimidad y no permiten una clase política capaz de convertir en realidad la predicción de Friedman. Si queremos construir un futuro prometedor, debemos transformar el sistema político actual, que es incapaz de aprovechar las ventajas que poseemos y que en otros países ven toda claridad.