Un respirador diseñado y fabricado en México y más barato que las versiones internacionales ya está siendo usado en los hospitales del país para atender a los enfermos de coronavirus.
El “VSZ-20-2”, de diseño un tanto rudimentario, opera con tanques de oxígeno y su propio generador de electricidad. Fue diseñado por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Salvador Zubirán y elaborado por un consorcio de unas 15 empresas.
El doctor Guillermo Domínguez Cherit, director de cuidados intensivos de la institución, declaró el lunes que la máquina ya ha ayudado a nueve pacientes y que es fácil de transportar, de limpiar y de poner en funcionamiento.
Aseguró que la máquina fue diseñada especialmente para esta pandemia.
México hasta ahora ha estado teniendo dificultades para importar ventiladores, pero el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, declaró que el país ya no tendrá la necesidad de importar los dispositivos.
Ebrard afirmó que unos 800 profesionales de todo México —diseñadores, médicos, técnicos y obreros— participaron en el proyecto. Unos 185 de los artefactos ya han sido producidos y están siendo despachados a hospitales. Cuestan unos 12.000 dólares, mucho menos que los modelos similares disponibles en el mercado internacional.
Las autoridades afirman que México tiene ahora la capacidad de fabricar 500 de esas máquinas por semana en caso de ser necesario.
El proyecto es uno de muchos en el mundo lanzados como respuesta a la pandemia, luego que autoridades de diversos países expresaron alarma por la escasez de ventiladores y su alto costo.
Fanny Alvarado Chávez, directora del departamento de ingeniería biomédica del instituto, aseveró que existía la necesidad porque el país no tenía los recursos para enfrentar la pandemia.
Dijo que los expertos mexicanos trataron de buscar ventiladores en el país y en el extranjero, pero no conseguían o los que conseguían eran demasiado caros. Ella y sus colegas encontraron archivos con diseños hechos hace 30 años, de una máquina que nunca llegó a producirse en fábricas, para ver si funcionaban o si necesitaban ser remodeladas.
Fuente: Excelsior