México se queda sin artillería al final

El mejor relevista tricolor falló en el momento clave y con ello México dejó escapar el bicampeonato de la Serie del Caribe al caer en duelo de pitcheo 1-0 con su similar Puerto Rico.

Nueve innings no fueron suficientes para encontrar al campeón. En el capítulo 10, los Criollos de Cagua anotaron la carrera del campeonato con un e levado de Jonathan Morales que mandó a la registradora a Yadiel Rivera.

Fue la cuarta corona del clásico caribeño para Caguas, conjunto que a lo largo del certamen vino de menos a más y logró callar la fiesta en el estadio Culiacán.

México sufrió a la ofensiva como los últimos 26 innings que disputó y en los que sólo pudo sumar una rayita a la pizarra, que significó el triunfo sobre Cuba en semifinales.

El décimo rollo comenzó con un doble de Yadiel Rivera al jardín central que le conectó a Jake Sánchez. Con toque de sacrificio, Jesmuel Valentín logró adelantar al corredor en la tercera almohadilla que a la postre significó la anotación que le da a Caguas su primer título en los últimos 30 años.

En la parte baja del octavo capítulo, México estuvo cerca de hacer estallar a los más de 20 mil fanáticos que acudieron al parque.

Con Luis Juárez estacionado en la tercera base, el shortstop Yadiel Rivera cometió un error en el tiro y Juárez trató de avanzar, pero fue sorprendido y puesto out, con lo que la esperanza de los Águilas de Mexicali se esfumó.

Los Criollos no eran campeones desde 1986, cuando obtuvieron el cetro en Hermosillo.

Sánchez cargó con la derrota en un inning de trabajo en la que aceptó la carrera, un imparable y eliminó a un enemigo por ponche.

El triunfo para el derecho Miguel Mejía, quien se fajó dos entradas con un imparable.

El juego se llamó pitcheo. Los abridores de ambos conjuntos se trenzaron en un duelo monticular que secó a las ofensivas rivales e hizo que el público disfrutara con cada argolla que se colgó.

Adalberto Flores, el derecho de la novena puertoriqueña, trabajó seis innings en los que sólo aceptó un imparable y regaló una base por bola para dejar su efectividad en 1.80.

El boricua que fue drafteado por los Marlins de Florida en 2005, es un viejo conocido del beisbol mexicano, pues vistió la franela de los Saraperos de Saltillo y Guerreros de Oaxaca, organizaciones en las que sumó 180 juegos, pero subió en solo uno al montículo como abridor.

Si la semifinal fue un recital de serpentina por parte de Héctor Rodríguez, su tocaño ayer no desentonó para los campeones de la Liga Mexicana del Pacífico.

El sonorense se mantuvo sobre la loma de las responsabilidades seis capítulos en los que supo salir airoso de los cinco hits que le conectaron. Abanicó a cuatro enemigos y dejó su efectividad en un microscópico 0.82.

México se mantiene como uno de los protagonistas de la Serie del Caribe, pero se queda sin festejar el décimo título en casa.

 

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