Recientes investigaciones han señalado la importancia de la vitamina D para el mantenimiento de un buen estado de salud, ya que su deficiencia propicia la manifestación de diferentes enfermedades, tales como el Covid-19. Aunado a estos trabajos fue que los expertos sugirieron que uno de los orígenes de la escasez de este nutriente tiene que ver con las migraciones de nuestros antepasados.
Este estudio, publicado en “Oxford Economic Paper”, descifró la razón por la que se registran diferencias tan marcadas en la esperanza de vida entre distintas regiones del mundo. Los investigadores aseguraron que esto se debe a la escasez de vitamina D entre sus pobladores, motivo por el cual analizaron los patrones de migración, el cual indican como el factor principal de este fenómeno.
Thomas Barnebeck Andersen, autor principal del trabajo, aseguró que el traslado entre distintas fronteras geográficas, en los últimos 500 años, afectó los resultados de salud contemporáneos en los países de destino. Este factor fue notable, especialmente, entre los migrantes que pasaron de lugares con mucha luz solar a hábitats más sombrías.
Además, los especialistas consideraron que la pigmentación de la piel disminuye la retención de este nutriente: entre mayor sea la coloración epidérmica, menor será la vitamina D contenida por la personas. Esta circunstancia, advirtieron los expertos, sucedió particularmente en los descendientes de migrantes que procedían de lugares con mucha luz solar. Hecho que explicaría diferencias de salud global que observamos en el presente.
Lo preocupante sobre la deficiencia de vitamina D, agregó Barnebeck Andersen, es que aumenta el riesgo de mortalidad por enfermedades como la diabetes tipo 1 y 2, la hipertensión y el cáncer. Del mismo modo, estudios recientes examinaron el impacto que tiene en relación con la gravedad del Covid-19.
A este respecto, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) publicó en su momento que “contar con niveles adecuados de vitamina D ha demostrado ser de importancia para que el organismo brinde adecuada respuesta inmunológica contra enfermedades respiratorias, incluida la influenza”. Este nutriente se obtiene a través de la luz solar sobre la piel. Sin embargo, la exposición excesiva a los rayos del Sol puede tener respuestas adversas.
Los científicos internacionales se centraron en el estudio de grupos, ubicados en regiones con mucha luz solar, que migraron a zonas con poca luz, desde el año mil 500 d.C. hasta la actualidad. Estos patrones de migración demostraron un aumento significativo en la deficiencia de vitamina D. Fue así que el trabajo indagó sobre las consecuencias que estas prácticas trajeron a la salud colectiva.
Los expertos idearon un método para calcular el riesgo de deficiencia de la vitamina D. Este consistió en rastrear la diferencia entre la intensidad de luz en las dos ubicaciones en las que se estableció la población migrante, tanto en su residencia de origen como en la actual. Fue así que los investigadores descubrieron que esta tradición afectó también su esperanza de vida.
“Esta investigación es importante porque es la primera en documentar un vínculo entre un mayor riesgo de deficiencia de vitamina D y las diferencias en la esperanza de vida entre países y regiones”, explicó Barnebeck Andersen.
Ante el brote del SARS-CoV-2, algunos especialistas mexicanos recomiendan 15 a 20 minutos al día de “baños de sol”, mientras los autores del estudio sugirieron limitar el tiempo al aire libre y el uso de protector solar. Sin embargo, reconocieron que, en comparación a nuestros antepasados, pasamos menos tiempo frente al Sol, por lo que los casos de muerte por exposición a la luz han disminuido considerablemente.